Mujeres en las calles de nuestra ciudad: Gladys Marín
Gladys Marín Millie fue una gran mujer en la historia política de nuestro país; militante
comunista, es descrita como la primera mujer en hablar del cambio constitucional y
denunciar la exclusión política que traía consigo la transición a la democracia pactada
tras la dictadura civil militar. Gladys fue profesora, dirigenta, militante de las JJ.CC. y
su Secretaria General. Diputada desde 1965 hasta el golpe de Estado de 1973.
Gladys, nació un 16 de Julio de 1937 en Curepto, Región del Maule. Fue hija de Heraclio
Marín, campesino, y Adriana Millie, profesora primaria. Cuando pequeña su padre
abandonó a la familia y su madre, sin ninguna ayuda económica, se encargó de sus cuatro
hijas. Juntas se mudaron a Talagante en la Región Metropolitana. Gladys Ingresa a la Escuela
Normal número 2 de Santiago, donde se formó como profesora primaria con especialidad en
Educación Diferencial.
Motivada por las ideas de igualdad, Gladys Marín participó activamente en
movimientos juveniles cristianos, llegando a ser integrante de la Acción Católica de Talagante. Fue
dirigenta de la Federación de Estudiantes Normalistas y en 1957, presidenta de dicha agrupación.
En la misma época ingresa a las JJ.CC. En 1965 fue elegida secretaria general de las Juventudes
Comunistas y ese mismo año deja la pedagogía para dedicarse por completo a la vida política.
Desde el fatídico día del golpe de Estado civil-militar, Gladys fue perseguida por las
fuerzas represivas, llegando a ser de las más buscadas por los servicios de inteligencia. Su marido,
Jorge Muñoz, quien pertenecía al Comité Central del Partido Comunista, fue detenido y
desaparecido el 4 de mayo de 1976. Gladys había conseguido salir a Holanda en 1974 y luego a
Moscú y finalmente a Costa Rica. A inicios de 1977, en conjunto con un grupo de militantes
reconocidos y anónimos, Gladys Marín comenzó la operación retorno, en la cual cientos de
militantes volvieron al país desde el exilio, para rearmar la estructura interna
del PC. Entra a Chile en 1978, debiendo salir y volver clandestinamente en al menos dos ocasiones.
Mujeres en las calles de nuestra ciudad: Gabriela Mistral
Lucila Godoy Alcayaga nació el 7 de abril de 1889 en Vicuña y murió el 10 de enero de 1957 en Nueva York, Estados Unidos. Gracias a sus escritos y publicaciones, fue conocida como Gabriela Mistral en todo el mundo.
Gabriela Mistral quiso formarse como docente en la Escuela Normal de Preceptoras de La Serena, pero su solicitud fue rechazada debido a las columnas y artículos que publicaba en aquellos años en el periódico “El Coquimbo”. No obstante, continuó dedicándose a la enseñanza y colaborando para otros medios de comunicación como “La voz del Elqui”, en donde publico sus primeros escritos.
En 1910 rindió un examen en la Escuela Normal Nº1 de niñas de Santiago y obtuvo el título de maestra. Posteriormente se desempeñaría como profesora en distintas localidades de Chile como Traiguén, Antofagasta, Los Andes y Temuco, en donde conoció a Pablo Neruda.
Durante su residencia en Coquimbito, Los Andes, compuso los famosos “Sonetos de la Muerte”, conjunto por el que obtuvo en septiembre de 1914 la más alta distinción en los Juegos Florales de ese año.
En junio de 1922 Gabriela Mistral viajó a México invitada por el ministro de Educación mexicano, José Vasconcelos, con el fin de colaborar en la reforma educacional y la creación de bibliotecas populares en ese país. Ese año fue publicado en Nueva York, Estados Unidos, su primer libro, Desolación, bajo el alero del Instituto de Las Españas, que era dirigido por el crítico literario español Federico de Onís.
La publicación de Desolación le dio a Mistral reconocimiento y prestigio internacional, por lo que pasó a ser considerada como una de las mayores promesas de la literatura latinoamericana. También marcó el inicio de una serie de publicaciones en tierras extranjeras: en México publicó Lecturas para Mujeres en 1924 y, en España, la primera versión de su libro Ternura.
Fue nombrada “Hija predilecta de la ciudad de Viña del Mar” en 1925. Al año siguiente asumió como secretaria de una de las secciones de la Liga de las Naciones y ocupó la secretaría del Instituto de Cooperación Internacional, de la Sociedad de las Naciones, en Ginebra. En 1932, Gabriela Mistral fue designada cónsul particular de libre elección y se trasladó a Génova, Italia.
Mujeres en las calles de nuestra ciudad: María Luisa Bombal
María Luisa Bombal fue una destacada escritora chilena. Viñamarina, transito por el mundo de la literatura incursionando exitosamente en La Novela, Los Cuentos y las Crónicas poéticas, autora de obras muy reconocidas como La Amortajada, La última niebla, Mar, cielo y tierra. En la región metropolitana su nombre se lee en 5 comunas, Maipú, Estación Central, Lo Prado, La Florida y La Reina.
Nacida el 8 de junio de 1910, tras la muerte de su padre, la familia migra hacia la nación natal de su madre, Blanca Anthes Precht, quien tomó a sus hijas y se estableció en Paris.
En 1928, a la Facultad de Letras de La Sorbonne, carrera que culminó tres años más tarde con la presentación de una tesis sobre Prosper Mérimée. Concluidos sus estudios universitarios, regresó a Chile a finales de ese mismo año. Momento en que conoció a Eulogio Sánchez Errázuriz, con quien comenzó una relación amorosa que culminaría de las peores maneras.
Luego de una separación que la dejo muy afectada, en 1933, viajó a Buenos Aires invitada por su amigo y cónsul Pablo Neruda. Allá se volcó en su participación en el movimiento intelectual de la época, reuniéndose con los escritores agrupados en torno a la revista Sur.
En 1935 inició su carrera literaria, publicando, La última niebla; tres años después lanzó La amortajada, su novela más importante y reconocida. En agosto de 1940 regresó a Chile, trayendo consigo los manuscritos de “El árbol” y “Las islas nuevas”.
El 27 de enero de 1941, ya de vuelta en Chile, Bombal se dirigió al Hotel Crillón, donde se encontraba Eugenio Sánchez, y le disparó hasta en tres ocasiones. Paso varios meses en la cárcel, pero el mismo Eugenio retiro los cargos. Sin embargo, la sociedad chilena y argentina la rechazaron, razón por la cual migró a Nueva York, ciudad en donde vivió 30 años.
Mujeres en las calles de nuestra ciudad: Violeta Parra
Violeta Parra Sandoval, es la más influyente de las artistas nacionales. Sincera, talentosa e intensa. Fue cantautora, intérprete y artista visual reconocida internacionalmente. Vive en las calles de todo Chile, en diferentes murales, pinturas, y en las radios y parlantes en las que su música aún resuena. En la región metropolitana, existen 8 calles que llevan su nombre en las comunas de Lampa, Pudahuel, Cerro Navia, La Reina, La Pintana, El Bosque, Padre Hurtado y San Bernardo.
Nacida en San Carlos, cerca de Chillán en 1917, es hija de Nicanor Parra y Clara Sandoval y hermana del poeta Nicanor Parra, realizó sus primeros estudios en Lautaro y en Chillán, y en 1934 ingresó a la Escuela Normal, donde permaneció menos de un año. En 1938 se casó con Luis Cereceda, el padre de sus hijos Ángel e Isabel, que adoptarían el apellido de su madre.
Su padre, además de profesor fue un conocido folclorista de su región y Violeta desde muy pequeña edad descubrió su amor por la música. Una vez instalada en Santiago, Violeta Parra comenzó a actuar con su hermana Hilda en el Dúo Hermanas Parra. En 1942 ganó el primer premio en un concurso de canto español organizado en el Teatro Baquedano, y a partir de entonces fue contratada con frecuencia hasta que partió a Valparaíso, donde encontró su verdadera vocación.
Venida de familia humilde y con raigambre campesina, Violeta Parra siempre reivindicó la lucha por la igualdad y las causas justas, definida a sí misma y a sus hermanos como Comunistas, viajo a lo largo y ancho de nuestro país, rescatando el folclor. En 1952 recorrió los barrios más pobres de Santiago de Chile, las comunidades mineras y las explotaciones agrarias, recogiendo las canciones anónimas que después repetiría, en una serie de programas de radio en Radio Chilena, emisora en la que se emitieron desde 1954.
Corte de Valparaíso rechaza acción de empresa Aguas Pacífico en contra de defensores ambientales
La Corte de Apelaciones de Valparaíso rechazó este martes el recurso de protección presentado por la multinacional Aguas Pacífico SpA, en contra del constructor y activista ambiental Mario Aravena Zamora y el agricultor Roberto Aravena Zamora, por aparentemente impedir la ejecución de obras de construcción del Acueducto San Isidro-Quilapilún, solicitándolo a la Corte de Valparaíso, y que se ordenara a los activistas abstenerse de ejecutar todo tipo de acción en contra del proyecto y sus obras.
Aguas Pacífico se encuentra desarrollando un proyecto de desalinización en la bahía de Quintero, la que cuenta con una calificación ambiental favorable. El agua desalinizada cuyo cliente final es la multinacional minera Anglo American, será trasladada por un acueducto de 105 kilómetros, que incluye la construcción de un túnel que atravesará la cuesta “La Dormida” en Olmué. Es a partir de esta última sección de obras, que se imputa que los activistas pretenden bloquearlas e impedir el trabajo de los operarios de la construcción en la zona de protección ecológica.
Además, Aguas Pacífico presentó abundante documentación y pruebas para intentar demostrar que los activistas impedían desarrollar las obras que construye la empresa Mas Errázuriz. La acción fue fundamentada en las garantías de los artículos 19 N°1, N°3, 21 y 24 de la Constitución.
En la respuesta judicial de los activistas, a cargo del abogado Miguel Ignacio Fredes y su equipo, sostuvieron que han sido objeto de una persistente campaña de judicialización por su activismo en la zona de conflicto ambiental, lugar en que habitan hace 15 años, pidiendo el rechazo de la acción legal. Se denunció que el objetivo es más bien criminalizar la protesta o activismo para proteger una reserva de la biosfera protegida por UNESCO.
Por otra parte, el abogado ambientalista sostuvo que es jurídicamente improcedente la presentación del recurso respecto a la garantía constitucional del artículo 19 N°21 (El derecho a desarrollar cualquiera actividad económica) por cuanto ello debió ser objeto de una acción de amparo económico; además, que no fue fundamentada la afectación del derecho de propiedad de la empresa y que no existe racionalidad en la fundamentación de las alegaciones habida consideración que las obras están en pleno funcionamiento.
La Corte de Valparaíso, recogiendo las alegaciones de los activistas ambientales, señaló que del mérito de los antecedentes, consta que aquellos hechos denunciados se encuentran actualmente sometidos al imperio del derecho, en causas Rit N° 1671-2023 y N°1672, “por los mismos antecedentes que aquí se denuncian, por lo que no existe una medida cautelar urgente que adoptar a favor de estos recurrentes”. (Considerando 4° de la sentencia).
Además, la Corte de Valparaíso sostuvo que no existen antecedentes que concluyan que “con motivo de las supuestas vías de hecho ejercida por los recurridos, la empresa Aguas Pacífico S.A., haya visto impedido u obstaculizado el libre ejercicio de la actividad económica”.