El pasado 4 de noviembre Ghada Ageel, profesora palestina de Ciencia PolĂtica de la universidad de Alberta de CanadĂĄ y refugiada palestina de tercera generaciĂłn, escribe una carta al presidente Joe Biden de los Estados Unidos, publicada por el medio de comunicaciĂłn Al Jazeera1, la cual refleja la crueldad del sionismo y el imperialismo norteamericano frente al asedio de las tropas israelitas en la franja de Gaza. Esta es la carta que quisimos mostrar al pueblo de Chile:
âEstimado presidente Biden,
El jueves 26 de octubre por la mañana me desperté con la noticia de otra masacre en Gaza.
Esta vez, Israel matĂł a miembros de mi propia familia extendida. La escena del crimen fue el campo de refugiados de Khan Younis, en la parte sur de la Franja de Gaza; tenga en cuenta que no en el norte, sino en el sur, donde se suponĂa que la gente estaba a salvo, segĂșn el ejĂ©rcito israelĂ. Todo un barrio residencial del campo donde nacĂ y crecĂ fue bombardeado sin piedad y reducido a escombros por el apartheid de Israel.
La gente allà lo vivió como un terremoto. Un brutal terremoto provocado por el hombre. Terminó el viaje en la tierra de 47 almas que ahora han regresado a Dios. De ellos, 36 eran familiares directos y el resto eran personas refugiadas en sus hogares, buscando una seguridad ilusoria.
Señor Biden, hace dos años y medio, en un discurso en la Casa Blanca con motivo de la condena en el juicio de George Floyd, usted hablĂł del propĂłsito comĂșn de las personas que se levantaron diciendo Black Lives Matter, personas que llorando gritaban: âSuficiente. Suficiente. Basta ya de estos asesinatos sin sentido2â.
Pero hoy, mientras miembros de mi familia son asesinados, usted se niega siquiera a reconocer que se estĂĄn produciendo estos asesinatos sin sentido. En cambio, ofrece palabras de aliento a Israel. Hoy dices: âMĂĄs. MĂĄs. MĂĄs de estos asesinatos sin sentidoâ.
E Israel estĂĄ feliz de conceder su deseo.
Cuando un miembro de su comunidad es asesinado sin piedad por las fuerzas policiales militarizadas estadounidenses, los afroamericanos honran a sus vĂctimas diciendo sus nombres en voz alta. Mientras las fuerzas israelĂes âque son afines en espĂritu y en armas a sus homĂłlogos estadounidensesâ matan a mi pueblo ahora, tambiĂ©n quiero honrarlos diciendo sus nombres.
Hoy, señor Biden, lamentamos la pĂ©rdida de mi tĂo abuelo Nayif Abu Shammala, de 79 años, junto con su esposa, Fathiya, de 76 años, ambos sobrevivientes de la Nakba, la limpieza Ă©tnica de Palestina que tuvo lugar en 1948 para dar paso a la creaciĂłn de Israel.
Su aldea, Beit Daras, a unos 30 kilĂłmetros (casi 20 millas) al norte de Gaza, fue limpiada Ă©tnicamente y destruida junto con otras 530 ciudades y pueblos palestinos. Fathiya y Nayif, como muchos de los 750.000 refugiados de la Nakba, buscaron refugio en el campo de refugiados de Khan Younis, que se suponĂa serĂa sĂłlo temporal hasta su regreso a casa.
Nayif y Fathiya ya no estån con nosotros, señor Biden. Murieron antes de poder ejercer el derecho garantizado por la ONU de regresar a su tierra.
Entre las vĂctimas del bombardeo se encontraban tambiĂ©n sus tres hijas: Aisha, el rostro mĂĄs lindo y alegre de Khan Younis; su hermana Dawlat, una de las mujeres mĂĄs bellas de mi familia que acababa de regresar de los Emiratos Ărabes Unidos para visitar a su familia; y Umaima, la hermana menor, junto con su hija Malak. Llegaron a la casa familiar buscando refugio del constante bombardeo.
TambiĂ©n murieron cuatro de los hijos de Nayif y Fathiya: Hassan, Mahmoud, Mohammed y Zuhair junto con sus esposas, Fadia, Nima y Easha. La esposa de Zuhair sobreviviĂł sĂłlo porque habĂa acudido a otra familia del campo para ofrecer sus condolencias por sus muertos. Entre los asesinados tambiĂ©n se encuentran los tres hijos de Hassan: Mohammed, Ismail y Salma. El hijo superviviente de Nayif y Fatiya, Ibrahim, perdiĂł a su hijo mayor, Nayif, que lleva el nombre de su abuelo.
TambiĂ©n fueron asesinados miembros de la familia Qedeih y de la familia Allaham que tambiĂ©n habĂan buscado refugio en la casa de mi tĂo abuelo.
Como si esto no fuera suficiente, señor Biden, la casa de mi tĂa abuela tambiĂ©n fue bombardeada. Su nombre era Um Said. TenĂa 92 años, era una sobreviviente de la Nakba y tambiĂ©n era oriunda de Beit Daras.
VivĂa en su casa de Khan Younis con su hija Najat. Ambos encuentran ahora su lugar de descanso bajo los escombros. La gente intentĂł sacar sus cuerpos, pero no pudo. TambiĂ©n fueron bombardeadas las casas adyacentes de sus dos hijos, Marwan y Asaad, y de su hija Muna.
Marwan sobrevivió, pero su esposa, Suhaila, y sus cuatro hijos (Mohammed, Mahmoud, Aya y Shahd) murieron. Muna también murió junto con sus dos hijos, Amjad y Mohammed. Asad; su esposa, Imtiyaz; y su hijo Abdelrahman, estudiante de cuarto año de medicina, también han desaparecido.
La casa de Asaad fue arrasada junto con su pequeña tienda de comestibles. Este era el lugar favorito que mi propio hijo, Aziz, visitaba cuando volvĂamos a visitar nuestra tierra natal. Asaad era conocido en todo el campamento de Khan Younis como un alma amable que vendĂa productos por poco dinero. Llevaba un libro de contabilidad grueso, pero a menudo se olvidaba de cobrar las deudas y simplemente las perdonaba. Hoy, nos han arrebatado la hermosa sonrisa de Asaad, su amabilidad, su familia y su tienda.
Cuando ocurriĂł el bombardeo, muchos familiares y vecinos estaban en la tienda de Asaad para comprar artĂculos de primera necesidad y utilizar su unidad de energĂa solar, que habĂa comprado para ayudar a la gente a cargar sus telĂ©fonos y baterĂas de forma gratuita. Entre los asesinados se encuentran tambiĂ©n Akram, Riman, Beirut, Imad, Niema y otros cuyos nombres no recuerdo.
Señor Biden, Âżcree que el dolor de una madre israelĂ duele mĂĄs que el dolor de una madre palestina? ¿Es la vida de un niño israelĂ mĂĄs valiosa que la vida de un niño palestino? Ăsta es la Ășnica explicaciĂłn que puedo encontrar para lo que estĂĄn haciendo ahora: alentar la matanza masiva de niños en Gaza.
Cuando hablo de niños, me refiero a niños humanos reales con sus propios rostros, nombres, risas y sueños Ășnicos. Israel ha acabado con la vida de mĂĄs de 4.000 niños, incluidos bebĂ©s, con su complicidad, señor Biden; Nos han arrebatado 4.000 almas hermosas.
Entre ellos se encuentra la nieta de mi hermana, Julia Abu Hussein, que sĂłlo tenĂa tres años. Mi sobrino Amjad y su esposa Rawan llevaron a Julia junto con la familia de mi hermana Samia a Khan Younis en busca de seguridad. Les llevĂł tres dĂas hacer el viaje desde su casa en el norte de Gaza, un viaje que normalmente les llevarĂa menos de 30 minutos. Escucharon los llamados del ejĂ©rcito israelĂ para evacuar. Pero no encontraron seguridad.
Cuando comenzĂł el bombardeo, Rawan tomĂł a Julia en brazos y corriĂł a la cocina con el resto de la familia. La fuerza de las bombas israelĂes dañó nuestra casa y destrozĂł las ventanas. Varios trozos de metralla entraron en la casa a travĂ©s de las ventanas rotas, matando a Julia en brazos de su madre e hiriendo gravemente a su tĂa Nagham.
Entonces, señor Biden, aquà tenemos a un niño cuya vida fue arrebatada por la violencia de la måquina de guerra que usted apoya incondicionalmente. ¿Puedes creerlo? ¿Puedes comprender realmente la magnitud de ésta y otras tragedias? ¿O sigue usted decidido a cuestionar si Israel es culpable de la matanza masiva de palestinos?
Mientras oigo hablar de familiares y amigos asesinados todos los dĂas en Gaza, me esfuerzo por encontrar nuevas formas de describir la muerte: desaparecidos, llevados bajo los escombros, con sus almas en el cielo. Mientras tanto, los medios me dicen que o no estĂĄn muertos o que estĂĄn muertos, pero son terroristas.
El verano pasado, cuando visitĂ© Gaza, Um Said amablemente me regalĂł su vestido bordado. Ella insistiĂł en que me lo llevara a CanadĂĄ. Estoy agradecido de haberlo hecho. Hoy, Um Said tambiĂ©n permanece bajo los escombros de su casa. Su vestido bordado es lo Ășnico que me queda para recordarla.
Señor Biden, cuando se escriba la historia de lo que estĂĄ sucediendo hoy, confĂo en que usted quedarĂĄ registrado como el hombre que alentĂł y permitiĂł el genocidio israelĂ contra el pueblo palestino. SerĂĄ recordado como un hombre cuyo gobierno participĂł activamente en crĂmenes de guerra.
Pero lo mĂĄs importante, señor presidente, como hombre que profesa su fe en Dios, ÂżquĂ© le dice usted a Dios en sus oraciones para justificar la sangre en sus manos?â
1 Fuente de la carta: https://www.aljazeera.com/opinions/2023/11/4/a-letter-to-president-biden-from-a-grieving-palestinian
2 Declaraciones del presidente Biden sobre el veredicto en el juicio de Derek Chauvin por la muerte de George Floyd: https://www.whitehouse.gov/briefing-room/speeches-remarks/2021/04/20/remarks-by-president-biden-on-the-verdict-in-the-derek-chauvin-trial-for-the-death-of-george-floyd/