Nuestro país presenta una de las tasas de afiliación sindical y de cobertura de la negociación colectiva más bajas entre los países de la OCDE.
Tales datos no son independientes del legado -hasta hoy vigente- del Plan Laboral, enclave de la dictadura que privó a la sociedad chilena de derechos sindicales fundamentales.
El sociólogo Pablo Pérez Ahumada aborda este problema en su libro “Poder de Clase y política laboral” publicado por UAH Ediciones, con especial foco en los procesos de organización tanto de trabajadores como de capitalistas para impulsar políticas laborales.
“Lo que hago es centrar la mirada en la capacidad de la clase trabajadora y de los empresarios para organizarse e incidir en la discusión sobre políticas y en el resultado de reformas laborales”.
Sin desestimar factores fundamentales como la voluntad de los gobiernos para implementar políticas redistributivas o para conseguir mayorías legislativas, el investigador aborda el concepto de poder asociativo para explicar la construcción de poder por medio de organización colectiva.
CPC versus CUT
En el libro se plantea que Chile, en comparación con otros países de Latinoamérica, presenta una clase empresarial capitalista altamente organizada, donde la CPC, la Confederación de la Producción y el Comercio, se ha desempeñado con un liderazgo pragmático aplicado certeramente en favor de los intereses del empresariado.
“La CPC es una organización empresarial exitosa en el sentido que funciona muy coherente y organizadamente y funciona para resolver una serie de problemas que tienen los empresarios para actuar colectivamente como clase”, explica el autor.
“La CPC emerge como una organización poderosa no en términos económicos sino en términos políticos”, señala Pablo Pérez, “preocupada fundamentalmente en armonizar los intereses de clase y que las diferentes ramas de la economía organizadas sectorialmente actúen conjuntamente, presentándose como un actor unitario frente al gobierno”.
“En ese sentido la CPC es un actor fundamental sin el cual es difícil entender por qué los empresarios tienen tanta capacidad de incidencia política y de incidencia unitaria en el sistema político”, afirma.
En el caso de la Central Unitaria de Trabajadores CUT se analiza en el libro que la dinámica político partidista que primó en su orgánica durante la década de los 90 y del 2000, afectó su poder asociativo.
Pérez precisa que tal situación comprende varias explicaciones: primero por los efectos de fragmentación propios del diseño del Plan Laboral y también por los legados heredados de un modo de organización más politizada que orientada por intereses de clase.
“En la práctica la Central sindical se sobreestructuraba en procesos de toma de decisión interna a partir de acuerdos entre partidos políticos; lo que primaba era un intento por representar intereses políticos legítimos respecto a intereses más económicos”.
“Eso ha ido cambiando lentamente por varios factores”, sostiene Pérez acerca de esa tendencia que primó en los años 90 y el 2000: “primero, porque la Central sindical ha establecido una defensa más irrestricta de la autonomía sindical versus los partidos políticos. Eso no quiere decir que no existan militantes políticos en la Central”, precisó apuntando a que hoy existe mayor resguardo sobre ese aspecto, pero que a su vez, se combina con una importante desafección que impacta al movimiento sindical.
Por otro lado, señaló que “han aparecido nuevas instancias de organización como consejos ramales que buscan dotar de más representación sectorial. Eso es bastante positivo en el sentido de que si se fortalece esa instancia, se puede representar a sectores del sindicalismo que históricamente han estado mal representados”.
El debate de un desmantelamiento
Acerca del programa laboral del actual gobierno que ha promulgado la ley Karin y la reducción de la jornada laboral a 40 horas, Pablo Pérez indicó que esas políticas representan avances.
Sin embargo, advirtió que estas leyes “son parciales si no se considera una transformación sustancial del sistema de relaciones laborales; una implementación de una reforma que desmantele los principios básicos del Plan Laboral, como por ejemplo, las leyes que restringen la negociación colectiva a nivel de rama económica”.
“Si es que surge un proyecto de ley e ingresa al Parlamento, se va a poder discutir más en profundidad las implicancias de un sistema de relaciones laborales que permita tener una negociación colectiva centralizada. Va a mostrar los desafíos que implica la implementación de un sistema de ese tipo para los empresarios y el sindicalismo y en ese sentido el debate sería positivo tenerlo”, expresó el investigador.
Coordenadas
“Poder de clase y política laboral: Sindicatos, asociaciones empresariales y reforma en Chile”
ISBN 978-956-357-504-0
Autor: Pérez Ahumada, Pablo
Materia: Sindicatos
Número de páginas: 335
Tamaño:15x23cm.
UAH Ediciones, Alameda 1869, 1er piso, Metro Los Héroes. Santiago-Chile.