La realidad internacional obliga a repensar las polĂticas en materia de comercio exterior, al tiempo de definir una economĂa domĂ©stica cada vez más diversificada y tecnolĂłgica.Â
Las fuertes medidas arancelarias impulsadas por el gobierno de Estados Unidos causaron tal efecto en la caĂda de los mercados globales, haciendo que el mismo Donald Trump apostara por una tregua tributaria de 90 dĂas mientras avanzan las negociaciones con los paĂses involucrados en esta guerra comercial. No obstante, la incertidumbre sigue escalando con consecuencias aĂşn desconocidas para la economĂa chilena, razĂłn suficiente como para replantear alianzas geopolĂticas, y cambio de modelo productivo que permitan enfrentar los desafĂos presentes en este nuevo orden mundial.Â
El acadĂ©mico del Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad de O’Higgins (UOH), Domingo PĂ©rez Valenzuela, considera que, para hacer frente a este nuevo panorama, Chile tendrĂa que repensar sus alianzas estratĂ©gicas con Asia y LatinoamĂ©rica buscando sostener su comercio exterior -del cual ha sido histĂłricamente dependiente-, con miras a fortalecer su desarrollo interno.
“Chile se encuentra entre las mĂşltiples economĂas dependientes de lo que sucede en los paĂses industrializados, gracias a la explotaciĂłn de sectores rentistas-financieros como el del cobre, cuya inversiĂłn principal recae en grandes capitales extranjeros. De tal modo que la estrategia más realista en el contexto actual consiste en lograr alianzas geopolĂticas en mercados alternativos -resaltando Asia y AmĂ©rica Latina- como respuesta a la guerra comercial impuesta por Estados Unidos, con la cual se infringiĂł el Tratado de Libre Comercio (TLC) del año 2003, engarzado con la bĂşsqueda de un nuevo proyecto de desarrollo local que pueda evitar las crisis a futuro”.Â
DiversificaciĂłn productiva
Por otro lado, el experto en geografĂa econĂłmica, señala que, si bien la exportaciĂłn de cobre se ha visto, volátilmente, beneficiada en este reciente nuevo orden mundial, el panorama general es incierto y no pasa solo por la posiciĂłn que ocupa este rubro en particular para el comercio exterior chileno, sino en cĂłmo el paĂs transita desde una economĂa rentista-financiera hacia una progresiva diversificaciĂłn de las cadenas productivas, y de cooperaciĂłn entre los sectores pĂşblico y privado enfocadas en el desarrollo local.Â
“La diversificaciĂłn de la matriz econĂłmica chilena podrĂa impulsarse a travĂ©s de alianzas pĂşblico-privadas orientadas al desarrollo socioeconĂłmico que superen el estancamiento productivo del paĂs, mediante polĂticas fiscales que incentiven la inversiĂłn de capitales de forma equitativa, el fomento del desarrollo tecnolĂłgico, la investigaciĂłn aplicada en universidades regionales, y un fortalecimiento institucional que garantice reformas y cambios radicales, como la transferencia de ganancias a la poblaciĂłn trabajadora”.
Asimismo, el sociĂłlogo considera que Chile tiene potencial para impulsar diversas áreas que podrĂan ligarse a un mayor desarrollo local, como el sector industrial, la Inteligencia Artificial, energĂas renovables -destacando la solar y eĂłlica-, la explotaciĂłn del litio con valor agregado, la agroindustria tecnificada (mirando por ejemplo los avances en China), el turismo sustentable y la economĂa del conocimiento, siendo estos sectores capaces de generar una mayor autosuficiencia econĂłmica de cara a los nuevos desafĂos globales. Â
ReorientaciĂłn productiva
El experto cree que Chile podrĂa reorientar su mirada hacia una industria cuya productividad se traduzca en una distribuciĂłn más equitativa de los beneficios de su crecimiento econĂłmico, con el fin de reducir la brecha de vulnerabilidad presente en la poblaciĂłn. “Esto implica replantear las inversiones en los sectores estratĂ©gicos, aumentar la participaciĂłn polĂtica desde la sociedad civil, y conseguir un diálogo directo sindical-empresarial multinivel y territorial en aras de reducir la desigualdad como condiciĂłn estructural para una economĂa independiente, resiliente y sostenible en el largo plazo”.
PĂ©rez Valenzuela invita a prestar particular atenciĂłn a los datos del informe de la OCDE (2022) donde indican que un 20% de la poblaciĂłn chilena más acaudalada concentra más de 10 veces el ingreso del 20% más pobre del paĂs, una de las brechas más altas de desigualdad que, a la postre, limita el desarrollo de un mercado interno robusto, asĂ como la capacidad de crear riqueza.Â
“El paĂs destaca a nivel regional en dimensiones fundamentales resaltando el ĂŤndice de Desarrollo Humano (IDH) del PNUD, pero Ă©sta pierde su potencial original cuando se ajusta con mediciones sobre desigualdad: allĂ se observa que existe una alta poblaciĂłn vulnerable que está expuesta directamente a las crisis econĂłmicas internas, como aquellas originadas por contextos globales -como el actual-, y a la precarizaciĂłn laboral y social, todo lo cual impide el crecimiento sustantivo del aparato productivo”.Â
Finalmente, el investigador UOH recomienda fortalecer la equidad con el propĂłsito de enfrentar “decididamente las necesidades econĂłmicas y sociales del paĂs, comprendiendo las repercusiones de seguir en un modelo rentista exportador, asĂ como las ventajas de hacer un viraje hacia un paradigma cada vez más diversificado y tecnolĂłgico”.Â