En el avance de la tramitación para los proyectos que crean el Ministerio de Seguridad y determinan las reglas del uso de la fuerza, el presidente del Partido Comunista de Chile, Lautaro Carmona, apuntó a la disposición que hay desde el Partido para construir una política nacional de Estado en seguridad pública.
El timonel del partido de izquierda indicó que debe ser una política profundamente democrática, donde “el Estado garantice la convivencia de la sociedad y que se expresen todos los intereses y diferencias que contiene”.
Eso no implica desvincularse de la capacidad técnica logística que le dé eficacia a la batalla del Estado contra el crimen organizado, sostuvo Carmona, señalando que desde el origen de la propuesta política de la lucha del proletariado, “está combatir lo que destruye y descompone a los seres humanos”.
“Otra cosa es el legítimo derecho a organizarse, a movilizarse; a utilizar los espacios públicos y a presionar por por demandas justas y legítimas”, advirtió Lautaro Carmona, pues no se puede justificar -dijo- usar los métodos policiales para combatir el narcotráfico en el caso de enfrentar, por ejemplo, una huelga.
En esa línea, aprobó la creación de un Ministerio de Seguridad que dote de más capacidades al Estado, suponiendo la existencia de recursos para la dirección de un trabajo de inteligencia preventivo.
Por otro lado, el presidente del Partido Comunista criticó la forma esquematizada en que dentro de este marco deliberativo se aborda la realidad de grupos como los migrantes o los pueblos originarios, en particular, el pueblo mapuche.
“La derecha logra poner el foco en quienes están vinculados a la radicalidad de la lucha -la que está descalificada desde el punto de vista del Estado de derecho-, como lo que concentra todo el tema de los mapuches y eso no es así”.
Por otro lado, indicó que en el Congreso del partido tratarán este tema buscando “actualizar una política más precisa para hacer avanzar una causa o no”:
En relación al fenómeno de la migración, Lautaro Carmona indicó que su forma casi anárquica que se presenta hoy a nivel planetario, es parte del desgaste y fracaso de “una política neoliberal que tiene a zonas completas del planeta destinadas al hambre, a la falta de agua y a la millonaria profusión de problemas de salud”.
Por otro lado, precisó que la migración ocurre con todas sus complejidades culturales, pero intentar controlarla por medio de mecanismos como muros o barreras, más bien responde a una mirada fascista del problema.
Al respecto, planteó que debiese abordarse una política de colaboración e integración entre los países para atender temas sociales como salud, vivienda, educación y trabajo, temas que primeramente son presionados a nivel de Estado por los desplazamientos humanos.