(Mónica Villa Castro. Académica Formación Transversal en Salud, Universidad Central).
Chile lidera las cifras de los paĂses con mayor consumo de tabaco en LatinoamĂ©rica, lo que representa un problema de salud pĂșblica debido a que esta adicciĂłn es uno de los principales factores de riesgo modificables de las enfermedades respiratorias, cardiovasculares y cĂĄncer, que son a su vez las mĂĄs prevalentes a nivel nacional y mundial. Varios estudios indican que el inicio promedio del consumo de tabaco parte en la niñez y la adolescencia, de hecho, la edad promedio del inicio del consumo de cigarro es a los 13 años. Pero el tabaquismo entre niños y adolescentes no es simplemente un problema de salud, sino tambiĂ©n una cuestiĂłn de vulneraciĂłn de los derechos de nuestros niños y adolescentes.
Cada niño, niña y adolescente tiene el derecho inherente de crecer en un entorno que promueva y proteja su bienestar fĂsico y mental. Este derecho se coloca en peligro, o de plano no se cumple dado al alto consumo de tabaco de la poblaciĂłn adulta de nuestro paĂs, que provoca que, en miles de familias, los menores sean expuestos a los efectos perjudiciales del tabaco y se vuelvan fumadores pasivos a temprana edad. Esto se suma al inicio temprano del consumo de tabaco de los adolescentes, que por su desconocimiento no solo comprometen su propia salud y la de su entorno, sino que tambiĂ©n se exponen a un ciclo de adicciĂłn que va a afectar su bienestar y su vida de forma irreversible.
En este contexto, en Chile se han implementado polĂticas y programas para prevenir y desincentivar el consumo de cigarro en niños, niñas y adolescentes, entre las cuales estĂĄn abordar el consumo de tabaco y sus efectos dentro del currĂculo escolar nacional en distintas asignaturas. Por otro parte, estĂĄn las leyes que prohĂben la venta de cigarrillos y cigarro electrĂłnico a menores de edad, asĂ como tambiĂ©n la advertencia en las cajetillas de cigarro que han sido diseñadas para crear conciencia en pĂșblico entre 13 a 14 años y el impuesto al tabaco.
Si bien existen esta serie de acciones destinadas a prevenir el consumo de tabaco entre los adolescentes, es necesario un enfoque mĂĄs integral y coordinado que aborde las mĂșltiples dimensiones de este desafĂo. En primer lugar, es crucial fortalecer la educaciĂłn y la concienciaciĂłn sobre los riesgos del tabaco desde una edad temprana que incluya tanto a los menores como a sus familias. AdemĂĄs, se deben utilizar las redes sociales para dar a conocer informaciĂłn precisa y comprensible sobre los efectos nocivos del tabaco en su salud. A su vez es necesario exponer y concientizar en nuestra poblaciĂłn acerca de las tĂĄcticas de marketing engañosas de la industria tabacalera que buscan seducir a menores de edad con productos aparentemente inofensivos, pero potencialmente letales que incentivan el consumĂł de nicotina, como son los vapers o cigarros electrĂłnicos. Es fundamental mejorar el acceso a servicios de prevenciĂłn y tratamiento del tabaquismo especialmente diseñados para adolescentes. Esto implica proporcionar recursos y apoyo adecuados para aquellos que deseen dejar de fumar, asĂ como promover estilos de vida saludables y alternativas positivas al consumo de tabaco.
Finalmente, es necesario fortalecer las polĂticas y regulaciones que protejan a los adolescentes del acceso y la exposiciĂłn al tabaco. Esto incluye medidas como evitar el ingreso ilegal de cigarros y su comercializaciĂłn, aumentar progresivamente los impuestos al tabaco, prohibir absolutamente la publicidad y promociĂłn del tabaco dirigida a jĂłvenes en medios digitales. Nunca es tarde para empezar.