Esta semana se llevó a cabo la ceremonia de cierre denominado “Txafkintu” o intercambio de experiencias educativas, enmarcado en el Proyecto piloto destinado a la revitalización lingüística del Mapuzugun y al fortalecimiento identitario, implementado en seis escuelas de la Araucanía. A la ceremonia asistieron en Subdirector Nacional de Pueblos Originarios, José Ancan Jara y la Subsecretaria de Patrimonio Cultural, Carolina Pérez Dattari.
La ejecución de esta iniciativa estuvo a cargo de la Subdirección Nacional de Pueblos Originarios Araucanía del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, dejando una impresión positiva y duradera en el ámbito educativo y cultural de los estudiantes.
La ceremonia de clausura del Proyecto Piloto de Revitalización Identitaria en Culturas Originarias para la Niñez se llevó a cabo en las instalaciones del Estadio Municipal Germán Becker en la ciudad de Temuco. En este evento, se contó con la participación de diversas autoridades, así como con los cursos involucrados en esta iniciativa.
Durante este evento, el Subdirector Nacional de Pueblos Originarios (Subpo), José Ancan Jara, compartió detalles fundamentales sobre los objetivos de esta iniciativa piloto. Destacando que esta propuesta surge como una extensión del trabajo dedicado a la revitalización cultural indígena que la Subpo ha venido llevando a cabo durante aproximadamente 8 años en diversas regiones del país.
La Subsecretaria del Patrimonio Cultural, Carolina Pérez Dattari, también formo parte de esta jornada, destacando que “este es un primer proyecto piloto, nos llena de orgullo y de esperanza poder hacerlo replicable, poder ampliar la cantidad de niños y niñas que tienen la posibilidad de tener estas instancias de educación artística y también de educación patrimonial, donde se unen ambas cosas y en donde los niños también pueden entender la cultura de la que realmente son parte”.
En la misma línea, el subdirector de Subpo enfatizó la importancia de que el proyecto no se limite a ser simplemente una experiencia piloto. Enfatizando que “es fundamental que el proyecto tenga continuidad, que no quede solo como una experiencia piloto más. Y bueno, estamos haciendo las gestiones en este minuto para asegurar la continuidad de esta experiencia y lo posible ampliarla a otros colegios”.
Las escuelas en las que se implemento este proyecto piloto fueron 6: Guido Beck de Ramberga y San Pedro Rapa de Padre Las Casas; Los Trigales y Boyeco, de Temuco; y la Escuela 6 y Vega Larga, de Lautaro. En cada una de ellas se destacó la singularidad propia de la comunidad y se ofreció una presentación personalizada en la que los participantes tuvieron la oportunidad de mostrar y explicar los trabajos realizados. El intercambio de experiencias se llevó a cabo a través de expresiones artísticas como ayekan (música), gürekan (telar) y wizüf (cerámica). Este proyecto ha contribuido significativamente al enriquecimiento del proceso educativo y cultural de los estudiantes involucrados.
Estudiantes de tercero y cuarto básico recibiendo sus diplomas Fotografía por Carolina Arce
Un proyecto de revitalización y visibilización
El proyecto se enfocó en la elección de expresiones artísticas mapuches, tales como cerámica, música, telar, cestería, teatro y artes visuales. Cada escuela definió su perfil en base al artista educador, quien trabajó en colaboración con profesores de asignaturas troncales del sistema educativo. La ejecución se vio respaldada por la adquisición y distribución de insumos pedagógicos, facilitando la realización de actividades culturales en cada institución.
Las diversas expresiones artísticas, como el ayekan (música), el witxal (telar) y el wizüf (cerámica), han desempeñado un papel fundamental en el proceso de revitalización lingüística y cultural, contribuyendo al fortalecimiento de la identidad de las niñas y niños participantes. A través de salidas pedagógicas a sitios de relevancia cultural o en el trabajo directo en el aula, estas experiencias permitieron a los estudiantes sumergirse en el contexto sociocultural mapuche contemporáneo, fortaleciendo la interculturalidad y enriqueciendo así sus vivencias, fomentando aprendizajes significativos.
Estudiantes de tercero y cuarto básico haciendo Ayekan. Fotografía Carolina Arce