Después de vivir uno de sus momentos más complejos en el circuito profesional, el tenista chileno Nicolás Jarry ha revelado que enfrenta una condición médica que ha impactado directamente su rendimiento: neuronitis vestibular, una afección del oído interno que altera el equilibrio y la percepción espacial.
El diagnóstico llegó en medio de una temporada marcada por altibajos. Tras no poder defender los 600 puntos obtenidos en la Final del “Masters 1000” de Roma en 2024, el chileno cayó abruptamente en el ranking ATP, descendiendo hasta el puesto 150. Esta pérdida de terreno en la clasificación lo obligó a disputar la fase clasificatoria de “Wimbledon 2025”, donde logró acceder al cuadro principal con solvencia, sin ceder sets y demostrando señales de recuperación anímica y física. Incluso, logró una resonante victoria sobre el top ten Holger Rune, tras remontar dos sets en contra.
Sin embargo, su paso por el Grand Slam inglés también dejó al descubierto los desafíos que sigue enfrentando producto de la neuronitis vestibular, la cual ha comprometido su equilibrio, oído e, incluso, su visión. “He intentado aceptarlo y buscar ayuda para mejorar. Ahora mismo, he conseguido mejorar otras habilidades que la lesión me ha quitado. Así que he podido compensarlo y sacar el máximo partido a lo que tengo”, reconoció Jarry al sitio oficial de la ATP.
¿Qué es la neuronitis vestibular?> La neuronitis vestibular es una inflamación aguda del nervio vestibular, encargado de enviar al cerebro información sobre el equilibrio y el movimiento. Aunque no afecta la audición, provoca vértigo intenso, náuseas, inestabilidad al caminar y dificultad para coordinar movimientos; síntomas que pueden ser incapacitantes, especialmente en disciplinas de alta exigencia física como el tenis profesional.
De acuerdo con Exequiel Soto, tecnólogo médico con especialidad en Otorrinolaringología y docente adjunto de la Universidad de O’Higgins, “el sistema vestibular es esencial para la coordinación visual, el equilibrio dinámico y la capacidad de reacción en fracciones de segundo. En un deportista de alto rendimiento, su alteración puede comprometer directamente su desempeño competitivo”.
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Tratamiento y rehabilitación> El tratamiento inicial se centra en controlar los síntomas más severos mediante medicamentos antivertiginosos, reposo e hidratación. No obstante, la recuperación completa depende de una rehabilitación vestibular específica, compuesta por ejercicios diseñados para restablecer el equilibrio y la orientación espacial.
“El cerebro tiene la capacidad de adaptarse a este tipo de disfunciones gracias a la neuroplasticidad. Sin embargo, ese proceso requiere un trabajo personalizado y guiado, sobre todo en quienes dependen de una coordinación motora fina y estabilidad postural constante”, agrega Soto.
El tiempo de recuperación varía según la gravedad del cuadro y la respuesta del paciente. En el caso de atletas profesionales, el retorno a la competencia debe ser gradual y cuidadosamente monitoreado, para evitar recaídas o descompensaciones que pongan en riesgo su integridad física.
A pesar del diagnóstico, Nicolás Jarry ha dado señales de resiliencia y adaptación. Su desempeño en Wimbledon es prueba de ello. Aún con limitaciones, el chileno continúa en la búsqueda de su mejor versión, demostrando que el compromiso y la disciplina pueden marcar la diferencia, incluso cuando el cuerpo impone nuevas barreras.
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NOTICIA: UBO, Santiago
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