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Parto en casa planificado: alternativa para un nacimiento digno y seguro

La investigadora postdoctoral de la Universidad de O’Higgins, Pía Rodríguez, realizó un estudio que muestra que las mujeres y sus familias valoran positivamente la seguridad, autonomía y el buen trato que reciben en un parto en su hogar.

Conocer y analizar las experiencias y significados sociales que las mujeres chilenas le otorgan al parto en domicilio, como alternativa responsable y segura para dar a luz a sus hijos e hijas, es parte de la investigación que lideró Pía Rodríguez Garrido, investigadora postdoctoral del Instituto de Ciencias de la Salud (ICS) de la Universidad de O’Higgins (UOH).

Geografías para un buen nacer: una aproximación geo(corpo)gráfica del parto en domicilio en Chile” se titula el artículo publicado en la Revista Salud Colectiva y en el que detalla parte de los resultados de su investigación doctoral en la Universidad de Barcelona y Universidad Rovira i Virgili en España. El estudio convocó a mujeres chilenas que tuvieron un parto en domicilio planificado y acompañado de un/a matrón/a. “Esta investigación tuvo su trabajo de campo el año 2018, época en que recorrí Chile -desde Antofagasta a Puerto Montt- para entrevistar a mujeres que decidieron tener su parto en casa. Las experiencias se recogieron a través de entrevistas en profundidad y fotografías de los espacios físicos donde ocurrió el nacimiento”, explica la investigadora.

El artículo aborda la importancia del cuerpo y su disposición en el escenario del parto; asimismo, reconoce las tensiones y debates en torno al escenario del nacimiento y las prácticas obstétricas que ahí suceden. “Muchas de ellas desaconsejadas, actualmente, por la Organización Mundial de la Salud (OMS) por considerarse obstaculizadoras del proceso fisiológico del parto”, explica Pía Rodríguez.

Asimismo, el estudio aporta una interesante imbricación teórico-metodológica, a partir de comprender el nacimiento humano y el escenario donde éste sucede, desde disciplinas como la geografía y el urbanismo feminista.

Cifras

En la actualidad, el 99% de los partos se realiza en instituciones sanitarias y solo el 1% en domicilio, lo que dista mucho de la realidad internacional. “En países como España, Holanda, Inglaterra y Suiza, cuentan con políticas públicas y normativas sanitarias sobre la atención del parto en casa, inclusive en muchos de estos lugares, está cubierto por la seguridad social. Ello da cuenta de la preocupación en materia de salud pública respecto al tema”, sostiene la Dra. Rodríguez.

¿Por qué las mujeres quieren tener un parto en casa?

“Existen varios motivos identificados por las mujeres y sus familias, no obstante, dentro de los más señalados, se encuentran la tranquilidad, la autonomía y la seguridad que les confiere parir de la manera más fisiológica posible. Asimismo, fundamentan su deseo en relación con el trato, el buen trato que recibe la mujer. Esto, ya que, en el último tiempo, se ha evidenciado un aumento de malos tratos y faltas de respeto -en la atención de la gestación, parto y postparto-, catalogados como actos de violencia obstétrica; y estas prácticas y actitudes han hecho que las mujeres se alejen de las instituciones sanitarias, y opten por el parto en casa para tener un tratamiento digno de su nacimiento.

Es tiempo de analizar todas las aristas e injerencias políticas, sanitarias y comunitarias que implicaría implementar el parto en casa como una política pública en Chile, la cual no existe en la actualidad”.

¿Están en Chile las condiciones para instaurar el parto en domicilio como una opción real y accesible?

“El parto en domicilio no está cubierto por Fonasa ni por las Isapres. Por lo tanto, si quieres parir en casa tienes que pagar de tu bolsillo el costo. El precio no está regularizado y corresponde a lo que cobra cada matrona (que -a veces- va con un segundo profesional o lleva otros insumos como una piscina de parto). En promedio fluctúa entre los 600 y los 900 mil pesos. El servicio incluye toda la atención del parto, los controles previos gestacionales y los controles posteriores en el puerperio, tanto de la madre como del recién nacido.

Si esto se compara con los precios institucionales, por ejemplo, de una clínica, el parto en casa es mucho más económico, ya que se ahorra los honorarios médicos, que son bastante altos, los honorarios del personal de salud, técnicos, arsenaleras, los medicamentos, el derecho a pabellón, entre otros cobros.

En definitiva, y respondiendo a tu pregunta, sí existe en Chile las condiciones y sobre todo los profesionales preparados para acompañar un parto en domicilio. No obstante, existe resistencia por parte del gremio médico para regularizarlo como una política nacional”.

¿Se podría convertir en tendencia el parir en casa?

“Efectivamente, la tendencia va hacia un parto en casa. Existe una preocupación por incorporar en las instituciones de salud, el conocido ‘modelo de parto respetado’, esto implica contar con un equipo sanitario que respete a la mujer y los procesos de parto, aunque puede parecer obvio, las investigaciones, incluyendo la mía, dan cuenta de lo contrario.

Ahora, como todo enfoque más ‘progresista’ el capital siempre está detrás y esta no es la excepción. En las clínicas te venden un pack de parto humanizado: te dicen ‘estos profesionales acompañan así’. Y luego, en la práctica te das cuenta que no eran tan ‘respetuosos’ como esperabas”.

Distintas miradas

Pía Rodríguez explica que cuando se plantea la posibilidad del parto en casa, como una política pública, surgen distintas miradas, aunque siempre es “el mismo gremio el que obstaculiza que avance el debate en torno al nacimiento en casa. Los médicos, los gineco-obstetras son un gremio bastante celoso de su área y, evidentemente, cuando un grupo de mujeres se está ‘desviando’ de la norma, genera una alerta para ellos”. Sin embargo, precisa no todos tienen el mismo prisma: “por ejemplo, el Colectivo de Ginecólogas Feministas están de acuerdo con el parto planificado en casa, siempre y cuando cumpla con ciertos requisitos, que son los mismos que piden las/os matronas/es para acompañar un parto en casa”.

¿Cuáles son los beneficios de parir en casa v/s parir en un servicio de salud público o privado?

“Existen distintos beneficios, y en distintos niveles de implicancia, a nivel macro, meso y micro, así como comunitario y económico. Sólo por mencionar algunos, la madre y el recién nacido desarrollan un mayor vínculo y apego, ampliamente evidenciado por la literatura científica, a diferencia del parto institucional donde te separan del recién nacido para limpiarlo y/o vacunarlo.

En el parto en casa tú estás todo el rato que quieres estar con tu bebé. Las primeras horas son vitales en el desarrollo del recién nacido, es donde se transita de una vida intrauterina a una extrauterina; por lo tanto, es un momento trascendental en la vida de ambos, así como de toda la familia que participa en este evento.

En un nacimiento institucional, todo es adverso: la luz, el contacto con el aire del pabellón; todo es nuevo para este recién nacido, y que pueda estar con su madre es impagable en términos emocionales. En el ámbito de la salud mental, evitas depresiones postparto por el vínculo que generas con el recién nacido. Además, se facilita la eyección de leche, pues se estimulan hormonas como la prolactina y la oxitocina lo que implica que tengas calostro (primera leche materna) más rápido y se establezca, en lo posible, un mejor vínculo en términos de acople y lactancia materna exclusiva.

Asimismo, un parto vaginal le traspasa al recién nacido una microbiótica que protege el intestino del bebé, que es un intestino virgen, que, al momento de salir por la vía vaginal, absorbe todas las bacterias a nivel perianal de la madre y éstas ayudan a colonizar este intestino virgen del bebé y le ayudan a recibir, de mejor manera, la lactancia materna y los alimentos futuros. Inclusive existe evidencia científica que afirma que el traspaso de estas bacterias de la madre al recién nacido le ayuda a prevenir enfermedades crónicas como la diabetes.

El parto en domicilio ha sido escasamente socializado en la comunidad, más bien estamos acostumbrados a ver en los medios de comunicación, nacimientos dolorosos, extensos, donde la mujer está rodeada del personal de salud y no tiene poder de decisión; esta representación genera una negatividad en torno al nacimiento humano, y claro, no es para menos. Sin embargo, en un parto planificado en domicilio se barajan otros términos y situaciones: mayor tranquilidad, fluidez en el proceso, menos dolor, menos intervenciones, menos medicamentos, más autonomía y protagonismo tanto de la mujer, de su acompañante, como de su familia, mayor contacto con el recién nacido y, sobre todo, mayor seguridad.

Aun así, es importante señalar que no todas las mujeres están preparadas, pueden o desean parir en domicilio y eso es importante destacarlo y respetarlo. Lo importante, más que el escenario, y tal como concluye mi artículo, tiene que ver con el respeto y la dignidad, ambos conceptos deben estar presentes durante todo el proceso de gestación, parto y postparto, independiente si se da a luz en un hospital, clínica o en la casa.

Es posible pensar el parto en domicilio como propuesta sanitaria y política de cara a disminuir las brechas de mal trato asociadas a la atención sanitaria. Es claro que modificar el escenario físico, donde sucede el nacimiento, debe ir acompañado de un cambio cultural urgente. De alguna manera, significan transformaciones que -en el mediano y largo plazo- tienen importantes repercusiones, sobre todo, en el desarrollo humano y social de las personas”.

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