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Plantean que la Innovación transferida responsablemente y basada en la diversidad y colaboración puede ayudar a enfrentar la crisis que afecta al planeta y la humanidad

Con foco en la importancia de la innovación como herramienta de desarrollo mediante el trabajo colaborativo basado en la diversidad y en la equidad y perspectiva de género, se realizó en Viña del Mar el II Seminario de Innovación para el Desarrollo: Conectándonos para Crecer, organizado por la Universidad de Valparaíso.

Durante la inauguración, el prorrector de dicha casa de estudios superiores, Christian Corvalán, planteó que a las universidades les corresponde un rol fundamental en el trabajo colaborativo con la sociedad. Y en tal sentido destacó experiencias que ya han sido exitosas como el sistema de alerta de Marejadas, el proyecto XTingue, y el desarrollo de productos alternativos al uso de antibióticos en la salmonicultura, amigables con el medioambiente, mencionando que: “es un esfuerzo que solo es posible en la medida que nos entendemos con la industria con los actores públicos y privados, es decir la ciencia y la industria trabajando juntas para una mejora efectiva”.

Corvalán añadió que “innovación tecnológica es la idea de cambiar o hacer las cosas introduciendo novedad, cómo somos capaces de modificar la forma en que venimos haciendo las cosas con una cierta introducción de cambio, que sea novedoso”. Pero al mismo tiempo, añadió, “la responsabilidad es fundamental, no es cualquier innovación, tiene un conjunto de elementos que para nosotros en la universidad creemos son relevantes, nosotros vamos a estar para apoyar, para desarrollar, pero efectivamente estamos trabajando para que esa creación de innovación sea responsable, y esto quiere decir que de alguna manera nos vamos a preocupar de cuando hacemos esa innovación, evaluar el impacto, evaluar los resultados”.

En el fondo indicó que los resultados que surgen de la innovación deben ser evaluados en sus resultados e impactos en la sociedad, puntualizando “la situación de la innovación sea responsable y para eso debemos estar evaluando, ese es un rol que las universidades tenemos que incorporar en la innovación (…) hoy la sociedad nos demanda esa evaluación del impacto, qué está pasando, qué pasa con las comunidades, qué pasa con los instrumentos y con los dispositivos, cómo al final del día mejoramos la calidad de vida sin impactar en otras áreas en condiciones que produzcan efectos no deseados”.

La vicerrectora de Investigación e Innovación, Soledad Torres, planteó que en relación con las mujeres y la ciencia “existe una brecha que no podemos negar, que ha ido disminuyendo”. Y detalló que por ejemplo en 2017, el 30% de los proyectos eran desarrollados por investigadoras y en 2019 se avanzó al 40% y que en los últimos cinco años el 33% de las patentes presentadas por la Universidad correspondían a mujeres, lo que representa una cifra superior al promedio país.

Torres también subrayó la necesidad de realizar “colaboración con enfoque de género, diversidad e igualdad”.

Por su parte, el director de Innovación y Transferencia Tecnológica de la UV, Alejandro Dinamarca, subrayó que “Debemos aceptar que el planeta y la humanidad está en crisis, el ecosistema global se encuentra en crisis y tenemos que ver qué podemos hacer, y desde esta perspectiva es importante saber que, en la evolución, los sistemas tienden a la diversidad y colaboración para hacer frente a los cambios o crisis que deben enfrentar, los humanos no están ajenos a esta realidad de diversidad y colaboración, donde las universidades como instituciones de la humanidad, son espacios donde se genera conocimiento diverso en base al trabajo colaborativo, desde el que se puede enfrentar las distintas crisis”.

En relación al vínculo de innovación y sociedad, Dinamarca indicó que “de forma responsable, el conocimiento de excelencia generado en la universidad en contextos adecuados, debe convertirse en productos y servicios que se conecten con la sociedad generando impactos positivos. La generación de conocimiento en espacios universitarios, que pueda ser transferido a toda la sociedad es de vital importancia y por eso en la UV estamos enfocados en generar conocimiento de calidad que pueda ser compartido y de forma colaborativa con otras instituciones, universidades, organismos públicos o privados como empresas y estamos atentos a lo que sucede en el territorio y país, siempre considerando que el centro de la innovación deben ser las personas y su entorno”.

Charla inicial

Las exposiciones comenzaron con Andrée Henríquez, director ejecutivo del Primer Centro Tecnológico de Economía Circular de América Latina y el Caribe con sede en Chile y subdirector del Observatorio de Innovación de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, quien habló de los desafíos y de cómo se genera una estrategia con los distintos actores en beneficio del país. Necesidad de pasar del diagnóstico a la solución. Acuerdo de lo que queremos lograr y articular a los distintos actores en sus diferentes roles.

Continuó Francisca Martin – directora ejecutiva del Foro Innovación, fundación a cargo del Premio Nacional de Innovación Avonni y de Red Mentores por Chile. “Lo primero para poder innovar es convertir un problema en una solución” y en tal sentido detalló algunas técnicas para alcanzarlo y habilidades que se requieren como la asociatividad, el relacionamiento y la observación.

Posteriormente se realizó la mesa redonda “Mujeres innovadores, con perspectiva de Género y su impacto en I+D+i+e”, donde participó Jennifer Alfaro, gerente de Investigación y Desarrollo en Botanical Solutions; Carolina Urrutia, directora I+D y Socia Fundadora de Freemet; y Paulina Pávez, socióloga e investigadora del Observatorio de Género y Equidad.

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