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Carlos Arrué frente a los resultados del plebiscito de entrada y de salida: “Estamos en la tierra media”.

En conversación con el abogado y coordinador de la Comisión Constitucional del Partido Comunista, Carlos Arrué, se refiere a los escenarios políticos que se han generado luego de importantes coyunturas como el triunfo del rechazo a la propuesta de nueva Constitución y del primer cambio de gabinete en el gobierno de Gabriel Boric.

En relación a la etapa que prosigue al plebiscito de salida, el abogado indicó que acorde al acuerdo estipulado en el 15 de noviembre la discusión tendrá su domicilio en el Congreso, situación que a su juicio debe contar con las mayorías necesarias que contempla el apoyo de la derecha y de las fuerzas del propio gobierno. En relación a los cambios efectuados en el gabinete, hay “un desplazamiento que permite potenciar esa conversación en el congreso”, indicó el abogado refiriéndose a las señales que ha dado el gobierno hacia el sector del partido socialista tras la salida de Jackson de la Segpres.

Respecto a las críticas por el fallido nombramiento de Nicolás Cataldo como Ministro del Interior, Carlos Arrué se refirió a ellas como destempladas, en tanto la decisión fue vetada por la derecha que advirtió no participar en otras instancias dentro del proceso constituyente si se mantenía en el cargo, apuntando a que aquello hace pensar en un fuerte sesgo de anticomunismo en el planteamiento.

En torno al futuro del proceso constituyente

Frente al rechazo mayoritario de la población a la propuesta de Nueva Constitución, Carlos Arrué apuntó a señalar que el proceso se encuentra en medio de dos respuestas: “Yo creo que estamos en un terreno descampado, en la tierra media. Lo que ocurrió es, por una parte, el mandato de sepultar la vieja Constitución que ocurrió con el plebiscito de entrada, y por otra, lo que ocurrió el domingo pasado es que la ciudadanía planteó que con este texto no. Si uno mezcla ambas afirmaciones sigue habiendo una mayoría por tener una nueva Constitución, pero lo que no logró concretar esa mayoría fue esta propuesta, por tanto estamos al medio. Las causas de ello son para un debate muy largo y tal vez tenso, creo que hay varios factores”, indicó.

Respecto a las expectativas que pudiesen caber frente a la negociación que se desplieguen con los distintos sectores políticos, el abogado apuntó a la necesidad de discutir su diseño y a estar alerta frente a la desafección que pudiese impactar a los temas de la nueva propuesta: “podría suceder que se desdibuje no solo el tema de las formas sino también del fondo. Una de las cosas más negativas que sucedió en esto fue el retroceso ideológico que indudablemente podría proyectarse en cuanto a los contenidos de la nueva Constitución. Pienso que el rol que tiene el estado democrático y social de derecho, en particular no debiera verse afectado”, precisó.

En esa línea, Carlos Arrué relevó la importancia que el gobierno se detenga en el diagnóstico de los hechos y no necesariamente tender a la moderación de aquellos de manera sistemática: “Más que cumplir o no con el programa, con la transformación, o ser o no más moderado, hay que detenerse en el diagnóstico de la situación y no absolutizar el resultado en función de una opinión prefijada a los resultados”, expresó.

“Por otra parte, el poder impulsar los programas de transformación y de cambio necesitan movilizar. No te puedes quedar con quienes están por el rechazo que no hacen nada, tienes que apoyarte en los sectores que están por promover estos cambios y ellos identificarse con las finalidades que tiene el gobierno, ser parte de ese proceso y no estar en contra del gobierno”.

A ese respecto, el coordinador de la Comisión constitucional del partido Comunista, observó la construcción política de otros países como Brasil, Uruguay o Argentina donde los movimientos sociales, el gobierno y los partidos no tienden a participar como “tres estancos distintos, sino a trabajar en común acuerdo en una dirección conjunta siendo capaces a partir de esa alianza, de construir un propósito común”.

Sectores populares

Una de las principales autocríticas por parte del abogado frente a la derrota política que significa la no aprobación del texto constituyente emanado de la Convención se dirige a la falta de decisión de la izquierda para crear espacios educativos y formativos en los sectores populares.

“Estamos como sociedad al debe de esos procesos formativos y esa capacidad de reproducción cultural del punto de vista de masas. Hay que buscar los modos y las maneras de trabajar mejor, más en terreno y menos quizás en las oficinas. No se puede renunciar a la educación cívica, la pedagogía popular, a explicar las cosas. Si alguien no entiende uno no puede dar la espalda, hay que volver a conversar. Uno tiene que ser autocrítico y ese esfuerzo hay que hacerlo”, señaló.

“En este escenario una nueva Constitución no va a ser muy distinta a la de 1925. Nos farreamos una gran oportunidad de tener un texto de vanguardia. Con lo que vamos a quedar es un texto que repite lo de antes, pero superior al de 1980 que claramente necesita ser reemplazado por una carta convenida democráticamente y que sea capaz de distribuir mejor el poder y la riqueza” expresó.

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