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El 47,4% del empleo recuperado desde el peor momento de la pandemia (mayo-julio 2020) es empleo informal

  • Además, el informe señala que la Tasa de subutilización de la Fuerza de Trabajo (SU4) llegó a 19,2% en el trimestre marzo-mayo 2022
  • El 15,8% de las personas ocupadas se emplea mediante subcontrato, enganche o suministro. 

La nueva versión del Informe Mensual de Calidad del Empleo (IMCE) publicada por Fundación SOL, revela que el 47,4% del empleo recuperado desde el peor momento de la pandemia (mayo-julio 2020) es empleo informal. Es decir, no permite proyectar una recuperación sólida del empleo y una mejora en los indicadores de calidad que afectan estructuralmente al mundo del trabajo en Chile.

La recuperación reciente del empleo se relaciona con la baja base de comparación luego de la crisis provocada por la pandemia.

La Tasa de Subutilización de la Fuerza de Trabajo (SU4) llega a un 19,2% en el trimestre marzo-mayo de 2022. Este indicador refleja al conjunto de personas que tienen problemas potenciales o efectivos de inserción en el empleo (personas desempleadas, fuerza de trabajo potencial, personas subempleadas por insuficiencia de horas e iniciadores disponibles).

El informe señala que, en comparación al trimestre marzo-mayo de 2019, actualmente existen menos personas ocupadas (-70.199), y más personas desempleadas (53.718). La inactividad ha aumentado en más de 750 mil personas en relación al momento previo a la pandemia (MAM2019) y la población económicamente activa se ha reducido en más de 16 mil personas, que han dejado de realizar o buscar una actividad económica en los últimos 3 años.

De acuerdo al estudio, el 24,6% de las personas con jornada parcial, trabajan en esta modalidad de forma involuntaria, reflejando una inadecuación en el tipo de empleos que el “mercado del trabajo” ofrece.

En cuanto a la calidad del empleo, los últimos registros señalan que, “en Chile, el 27,3% de las personas ocupadas tiene un empleo informal y el 44,1% de la fuerza de trabajo presenta una inserción endeble, es decir, no es informal, pero tampoco se encuentra totalmente cubierta por las disposiciones legales y prácticas de protección del empleo” señaló Benjamín Sáez, investigador de Fundación SOL.

Solo el 28,4% del total de personas ocupadas tiene un empleo protegido, es decir, un empleo que cumple con las disposiciones formales, con protección laboral: un empleo con liquidación de sueldo, contrato escrito, cotizaciones previsionales, de salud, vacaciones, licencias pagadas, guardería, permiso por maternidad y seguro de cesantía. Cabe destacar que, el empleo protegido no garantiza calidad, ya que hay elementos como la duración del contrato o sindicalización que pueden empeorar la calidad del empleo protegido.

El informe también entrega una panorámica con las regiones con mayor informalidad del empleo, La Araucanía (36,8%) ocupa el primer lugar y la siguen, Ñuble (32,7%), Los Ríos (32,6%), Aysén (31,7%) y Tarapacá (31,5%), algunas de las regiones más pobres del país.

Las regiones de Biobío y Arica y Parinacota presentan mayor presencia de empleos de inserción endeble, llegando al 54,6% y 51,8% respectivamente. Esto significa que, en esas regiones, más de la mitad de las personas ocupadas tienen empleos que, aunque son “formales” en el papel, no son empleos de calidad y no entregan la protección y garantías de los empleos protegidos.

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