A veces se nos va la mirada hacia las hojas de las plantas que nos acompañan en nuestro quehacer cotidiano. Cuando caminamos por las calles y nos topamos con árboles que nos guarnecen del calor, y a veces, del frío. En nuestros hogares y lugares de trabajo (que con la pandemia quizás es uno solo), la compañía verde de estas otras formas de expresión de la vida nos ayudan en el devenir de las horas.
No nos detenemos muchas veces a pensar en ellas más que en el recordatorio de si les hemos dado agua para que no perezcan. Esta invitación de lectura es para que te detengas de vez en cuando a intentar ver la vida verde que puede existir a tú alrededor.
Victoria Ramírez puso una pausa, ganó una beca y escribió sobre las plantas y su relación con todas nuestras emociones y el mundo. Pero no sólo se quedó en la subjetividad de esos hechos que pasan ante sus ojos, sino que también agregó de manera concisa y precisa, elementos de conocimiento histórico para entender mejor el porqué de la devoción de algunas personas -por ejemplo- hacia las plantas.
Entonces no es un poemario cualquiera, sino que podemos encontrar información histórica, botánica y biológica y saber qué es aplicada a una emoción, a un sentimiento o a una expresión en directa relación con el ser, el ser humana o humano. Un poemario que se construye en torno a lo que no sabemos y a las pocas veces que tenemos certezas. Desde ahí nos invita a leer sus versos esta poeta.
Un trabajo hermoso, que nos llega desde las regiones (Limache en este caso), en donde se vive – según una teoría personal y colectiva- de manera más pausada para permitirse el brote de otros sentimientos ajenos a la locura de quienes en la ciudad sólo perseguimos sombras. Una gran forma de comenzar a pensar este invierno, para añorar la primavera y sus brotes.
Es también, un descubrimiento maravilloso saber que esta poeta tiene dos poemarios más: magnolios (Overol, 2019) y Alud (Amistad, 2018) en donde la naturaleza sigue teniendo un rol preponderante. Encontrarse con la poesía de manera tan directa como lo hace ella, nos permite como lectoras y lectores reencontrarnos con la pasividad que significa el acto de leer.
Si bien puedes leerlo de manera muy ágil, te recomiendo que vayas sopesando cada poema y “anécdota” como si de un libro de recetas se tratara, de esa forma podrás conseguir un acercamiento más profundo, como a veces nos solicita la poesía. Porque los tres momentos que nos presenta: infloresencia, polinización y fecundación son la alegoría perfecta de nuestro tránsito también.
Un descubrimiento personal ha sido esta autora, y no quería que quedara sólo para mis lecturas, porque al igual que muchas especies de plantas y árboles, necesito que su “polen” fecunde otras mentes lectoras. Mi favorito de poesía de lo que va este año. Espero que si te animas, también sea el tuyo.
AUTORA: RAMIREZ, VICTORIA
CATEGORIA: POESIA
EDITORIAL: PROVINCIANO