La preocupaciĂłn supera el tema gĂ©nero pasando por la necesidad de diseñar polĂticas pĂşblicas que incentiven el empleo formal, beneficios socioeconĂłmicos, seguridad social, inserciĂłn e igualdad laboral.
El Instituto Nacional de EstadĂstica (INE) coloca la tasa de desempleo femenina en un 9.5% para el trimestre febrero-abril 2024, mientras que el trabajo informal para este mismo grupo se ubica en un 30%, datos para nada alentadores, considerando que estos nĂşmeros se situaban por debajo -antes de la pandemia- en un 8.2% y 29.1%, respectivamente.
La analista cualitativa del Observatorio Laboral O’Higgins (OLO), MarĂa Cristina Hernández, explica que el alza en la tasa de desempleo, si bien surge como un efecto post pandemia, que viene afectando de manera generalizada a toda la poblaciĂłn econĂłmicamente activa, tiene su impacto más preocupante en el segmento femenino, donde se ha generado una brecha laboral entre hombres y mujeres mucho mayor, a la que tambiĂ©n se le suman otras variables.  Â
“Cuando vemos que, para el caso de las mujeres, las cifras de desempleo para el trimestre febrero-abril 2024 llegan a un 9,5% a nivel nacional y que para los hombres llegan a un 7,8%, estamos hablando de una brecha de 1,7% en desmedro de la poblaciĂłn femenina. Si los mismos datos los observamos a nivel regional, en O’Higgins, vemos que en similar periodo el desempleo para las mujeres alcanza un 10,3%, mientras que para los hombres llega a un 6,8%, generando una brecha de 3,5 puntos porcentuales, nĂşmeros que deben verse a la luz, en el caso regional, del componente estacional asociado principalmente a las labores agrĂcolas”.
Otras variables
En cuanto al 30% de informalidad laboral en el sector femenino, la sociĂłloga indica que esta cifra, no sĂłlo serĂa un efecto post pandemia, sino que tambiĂ©n se relaciona a otra serie de factores que influyen directamente en su alza, como la poca oferta de empleos de calidad para las mujeres, lo que se asocia a bajos salarios, trabajos a tiempo parcial y sin garantĂa de seguridad social, aunado a la escasez de competencias tĂ©cnicas y experiencia laboral requerida en algunos puestos especĂficos. Motivo por el cual, muchas mujeres apuestan por una informalidad laboral que les permita cubrir “los espacios de cuidados de los hijos o personas a cargo, dentro de una dinámica que les facilite entrar y salir del mundo laboral dependiendo su disponibilidad de tiempo, especialmente cuando asumen las jefaturas de hogar”.
La especialista recomienda, al respecto, trabajar en el diseño de polĂticas pĂşblicas que, no sĂłlo fomenten el empleo en el sector femenino, sino en mecanismos de inserciĂłn al trabajo decente y de calidad, en virtud de disminuir esta brecha que supera el tema de gĂ©nero. Eso implica, a sugerencia de la analista, mejorar las condiciones salariales de las mujeres, desarrollar programas de capacitaciĂłn y certificaciĂłn de competencias, mecanismos de conciliaciĂłn entre la vida laboral y familiar que fomenten la corresponsabilidad parental, asĂ como “reforzar la implementaciĂłn y fiscalizaciĂłn de las acciones ya instaladas, a la par de ir avanzando en nuevas medidas que promuevan la igualdad laboral”.Â




