·    La docente Julia Pozo advierte sobre las graves consecuencias para la salud, incluyendo enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y ciertos tipos de cÔncer.
Un reciente estudio publicado enĀ The LancetĀ ha revelado cifras alarmantes sobre la crisis mundial de sobrepeso y obesidad, advirtiendo que, si no se implementan polĆticas pĆŗblicas efectivas y medidas urgentes, el futuro de la salud global podrĆa verse gravemente afectado. SegĆŗn las proyecciones, para el aƱo 2050, mĆ”s de la mitad de la población adulta mundial (3.800 millones de personas) y un tercio de los niƱos y adolescentes (746 millones) vivirĆ”n con sobrepeso u obesidad, lo que representarĆ” una amenaza sin precedentes para la salud pĆŗblica global.
Este fenómeno ha sido descrito por los expertos como una “epidemia sin precedentes”. La investigadora Emanuela Gakidou, de la Universidad de Washington, calificó esta situación como “una tragedia profunda y un fracaso social monumental”, enfatizando la necesidad de tomar medidas urgentes para revertir esta tendencia.
Chile es uno de los paĆses de altos ingresos con las cifras mĆ”s preocupantes de sobrepeso y obesidad en todas las edades. Las proyecciones indican que para 2050 el 55% de los niƱos y adolescentes entre 5 y 14 aƱos tendrĆ”n sobrepeso u obesidad; que, en el grupo de 15 a 24 aƱos, la cifra aumentarĆ” al 61% y que, en adultos mayores de 25 aƱos, casi nueve de cada diez (87%) vivirĆ”n con exceso de peso, un incremento respecto al 75% actual, dan preocupación.
Julia Pozo, nutricionista y docente de la carrera deĀ Nutrición y DietĆ©ticaĀ de laĀ Universidad de O’HigginsĀ (UOH), explica que el sobrepeso y la obesidad tienen un impacto negativo en la salud en diversos niveles. āA corto plazo, las personas pueden experimentar fatiga, disminución de la energĆa, problemas de sueƱo y dolores articulares. TambiĆ©n se observa un impacto en la salud mental, con problemas como baja autoestima, ansiedad y depresión, que muchas veces quedan invisibilizados. A largo plazo, el exceso de peso aumenta de manera significativa el riesgo de enfermedades graves y crónicas como enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, ciertos tipos de cĆ”ncer, afecciones hepĆ”ticas y renales, ademĆ”s de trastornos respiratorios como la apnea del sueƱo. Estas enfermedades no solo afectan la calidad de vida de las personas, sino que tambiĆ©n representan un alto costo para los sistemas de salud”.
El impacto de la pandemia
El informe tambiĆ©n destaca que la pandemia de COVID-19 tuvo un impacto negativo en la alimentación y actividad fĆsica de la población mundial, favoreciendo el sedentarismo y el acceso a alimentos poco saludables. SegĆŗn el estudio, en 2021, mĆ”s de la mitad de los adultos con sobrepeso u obesidad estaban concentrados en sólo ocho paĆses: China, India, Estados Unidos, Brasil, Rusia, MĆ©xico, Indonesia y Egipto.
“El confinamiento redujo de manera drĆ”stica la actividad fĆsica y, al mismo tiempo, aumentó los niveles de ansiedad y estrĆ©s, lo que llevó a un mayor consumo de alimentos ultraprocesados, altos en azĆŗcares, grasas y sodio. AdemĆ”s, el auge de los servicios de entrega de comida rĆ”pida facilitó el acceso frecuente a estos productos. Esta combinación de factores generó cambios en los patrones de alimentación que persistieron incluso despuĆ©s del fin de las restricciones sanitarias”, seƱala Pozo.
¿Son suficientes las campañas de educación nutricional?
Respecto a las iniciativas gubernamentales y privadas para promover una alimentación saludable, la experta indica que las campaƱas actuales de educación nutricional son un buen punto de partida, āpero muchas veces carecen de continuidad y no tienen el alcance necesario. Para que sean efectivas, deben ser programas integrales implementados en escuelas, centros de salud y comunidades, con un enfoque prĆ”ctico y accesibleā, puntualiza.
Para Pozo es fundamental involucrar a familias y educadores, āademĆ”s de regular la publicidad de alimentos ultraprocesados dirigida a niƱos. La clave es promover hĆ”bitos saludables sin caer en la estigmatización del sobrepeso. Asimismo, contar con nutricionistas en los establecimientos educacionales permitirĆa garantizar la continuidad de estos programas y diseƱar estrategias adaptadas a la realidad de cada comunidad escolar”.
DesafĆo global y urgente
Los expertos alertan que las nuevas generaciones estÔn ganando peso mÔs rÔpidamente que las anteriores y a edades mÔs tempranas. Esto incrementa el riesgo de enfermedades crónicas como diabetes tipo 2, hipertensión arterial y afecciones cardiovasculares.
Para evitar esta tendencia, la nutricionista recomienda fomentar una alimentación saludable desde la infancia. āEsto implica promover la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses y complementaria hasta los 2 aƱos, introducir alimentos frescos y variados desde temprana edad, limitar el consumo de azĆŗcares y grasas saturadas, cocinar en casa y fomentar las comidas en familia, incentivar la actividad fĆsica diaria y regular el tiempo de pantalla. Los adultos juegan un rol clave en este proceso, ya que los niƱos aprenden con el ejemplo”.
Para 2050, casi una cuarta parte de la población adulta con sobrepeso podrĆa haber aumentado 15 kilos o mĆ”s, lo que ejercerĆ” una presión adicional sobre los sistemas de salud. “Revertir la tendencia actual de aumento de la obesidad es un desafĆo complejo, pero no imposible. Se requiere un enfoque multidisciplinario que involucre polĆticas pĆŗblicas, educación, regulación de la industria alimentaria, el trabajo de profesionales de la salud y un cambio cultural hacia hĆ”bitos saludables y sostenibles”, concluye la profesional.
SegĆŗn la Ćŗltima Encuesta Nacional de Salud, entre el 60% y el 80% de las personas con obesidad ya presentan al menos una co-morbilidad, lo que evidencia la urgencia de abordar este problema con estrategias efectivas a nivel global.