(Por Sergio Reyes Tapia / Periodista / Editor de prensa radio Nuevo Mundo). El asesinato y masacre de cinco personas “desconocidas” en una noche de agosto en la comuna de Puente Alto, población Carol Urzúa, es el caso olvidado, de profeso, por el gobierno y los medios de comunicación.
Contrariamente, el paĂs no ha vivido una matanza delictual de estas caracterĂsticas, y el gobierno no reaccionĂł más allá de sus tĂpicos comentarios que decĂan ante la prensa: “estamos trabajando junto a la policĂa para esclarecer el caso”. De seguro que si esos crĂmenes hubieran ocurrido en Estados Unidos, CNN en Chile, habrĂa estado horas dando detalles.
Y por quĂ© no fue asĂ, porque los crĂmenes de Puente Alto no ocurrieron en una de las comunas ricas del paĂs; a pesar de ser cinco los muertos no afectaron a gente conocida; y al mismo tiempo, mayor cobertura de los medios revelarĂa las altas cifras de la delincuencia. Por tanto el gobierno debĂa invisibilizar este hecho, y asĂ lo hizo, entregando sendas entrevistas y antecedentes sobre cĂłmo se detuvo al “terrorista solitario”, incluso se filtrĂł a la prensa un video de la detenciĂłn.
Es más, el alcalde de Puente Alto, lamentó profundamente que nadie del gobierno de Piñera  se acercara a conocer los antecedentes del hecho de la población Carol Urzúa.
Y no fueron a la población porque en esta relación de hechos tenemos que al gobierno sólo  le interesa mostrar su victoria en el regreso de la guerra que ellos mismos levantaron, (caso bomba y la detención de un sujeto) y aplacar de manera rápida otros hechos delictuales que constituyen un trauma social, y que muestran las verdaderas tragedias nacionales de las cuales la administración, del empresario devenido presidente, no se ha hecho cargo.
El gobierno de Piñera, tras la detenciĂłn del sujeto “cartas bombas”, trata de erigirse como el milagro de la voluntad y el poder; era lo que necesitaba para su polĂtica de Estado, es decir, si no existiera el caso “cartas bombas”, el gobierno lo habrĂa inventado para que nadie cuestionara las “polĂticas antiterroristas”.
El gobierno de Piñera se erige en su propio excremento de la arrogancia comunicativa y desprecia lo opuesto: el crimen de la población.
Lo que ha hecho el gobierno de Piñera genera repulsiĂłn, y al mismo tiempo frustraciĂłn, sobre todo al pensar que el ministro de interior asegurĂł que existĂa una organizaciĂłn  internacional detrás de los bombazos, y quĂ© descubren: a un “lobo solitario”, como dijo AndrĂ©s Chadwick. Decir que tambiĂ©n hubo un solo sujeto en el caso de Puente Alto.
Este triunfo obsceno de la guerra muerta de Piñera y su ministro de interior, y en las sombras Rodrigo Ubilla, nos muestra que han dejado de lado los acontecimientos mismos de la verdadera guerra, y que en este caso es la lucha frontal en contra del lavado de dinero y el narcotráfico, y se han abocado a la cruzada en contra de la sociedad y de la población.
