Probablemente la primera y más importante lección que nos deja el año 2020 es la conciencia de toda la humanidad del fracaso del capitalismo, seguramente eso llevó al Washington Post a publicar en una editorial de abril de este año: “O muere el capitalismo salvaje o muere la civilización humana”.
En esa misma línea, la segunda lección es que ya no todo se resuelve con la libertad de mercado, existe la necesidad de rehabilitar una sana política que no esté sometida al dictado de las finanzas. El mercado no solo no resuelve todo, aunque otra vez nos quieran hacer creer este dogma de fe neoliberal, sino más bien no resuelve nada ya que agudiza los problemas básicos de las personas en la desigual distribución del ingreso y en la realización de los mínimos de dignidad necesarios para la vida. Se trata de un pensamiento pobre, repetitivo, que propone siempre las mismas recetas fracasadas frente a cualquier desafío que se presente.
Por lo que, no se puede confiar en la economía de mercado y en los desarrollos de la tecnología como medios para superar la grave crisis medio ambiental, social y sanitaria que nos aqueja.
La tercera lección es que hay que desterrar una visión individualista de la existencia, hay que reivindicar el sentido social de esta, y la convicción sobre la inalienable dignidad de cada persona.
La verdadera idolatría del consumo que vemos, impide el desarrollo de las potencialidades básicas de mujeres y hombres como individuos/as y como comunidad. Cierra las puertas a un desarrollo integral, es decir, espiritual, cultural; al disfrute y protección de la naturaleza y sobre todo a la solidaridad, sin la cual no es posible erradicar la exclusión y construir la justicia social.
La cuarta lección es que los Estados y los pueblos deben poner en el centro derechos fundamentales como: la salud, la alimentación, una previsión digna, la vivienda y la educación. Porque la satisfacción de estas necesidades constituyen y expresan las condiciones básicas de dignidad de los seres humanos. Particularmente, y fruto de la pandemia covid 19, es que debe reforzarse el sistema de salud pública. Hay que revitalizar el sistema público de salud que ha expirado en los brazos del capital privado, haciendo de la salud una mercancía.
La quinta lección es que no podemos seguir viviendo en un planeta donde más del 80% de la riqueza está concentrada en un 1% de la población. Terminar con la desigualdad es un imperativo ético esencial, si queremos paz social y sustentabilidad de nuestras sociedades.
La sexta lección, es que es fundamental que los Estados tomen en serio la agenda del 2030 sobre desarrollo sostenible y hagan carne su decisión de estar “… resueltos a poner fin a la pobreza y el hambre en todo el mundo de aquí a 2030, a combatir las desigualdades dentro de los países y entre ellos, a construir sociedades pacíficas, justas e inclusivas, a proteger los derechos humanos y promover la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de las mujeres y las niñas, y a garantizar una protección duradera del planeta y sus recursos naturales”
Esto último, debe movernos a repensar en la utilización de energías limpias, de cambiar nuestra actitud frente a la naturaleza y su uso, no podemos seguir mirándola como un objeto infinito cuyo único destino es su explotación.
La séptima lección es la necesidad de reconocer la interdependencia entre unos y otros/as. Todos/as necesitamos ayuda de los otros seres humanos, de los animales y de la tierra. Es tiempo de cambiar el paradigma del individualismo por el paradigma del colectivismo y la solidaridad.
La octava lección es que se deben crear Estados de justicia social, como una manera efectiva de poner a disposición de todos/as los bienes y servicios esenciales, los que deben quedar fuera de las leyes del mercado.
La novena lección es que siguen vigente viejos paradigmas que se expresa en la unidad, organización y concienciación de los trabajadores/as, de los marginados/as, de los oprimidos/as; todo sobre la base de la búsqueda y construcción de la solidaridad, igualdad y justicia social. Ya que ello nos llevará a superar estas y las otras crisis que debamos enfrentar.
La décima lección nos la entrega, en octubre de este año, el Papa Francisco quien a través de su encíclica Fratello Tuti nos invita a superar una civilización fundada en lo técnico-industrial y el individualismo y pasar a construir un conjunto de costumbres y saberes basados en la fraternidad y solidaridad, de preservación y cuidado de toda la vida como una forma de derrotar la amenaza del fin de la especie humana, en ella nos llama a tener una visión de esperanza de que podemos transformar la humanidad y a trabajar en crear una conciencia de que debemos cambiar el rumbo.
Un fraterno saludo de paz a todas y todos.
Ven-seremos.
DIRECCIÓN NACIONAL DE LA IZQUIERDA CRISTIANA DE CHILE.
FERNANDO ASTUDILLO BECERRA (Presidente), HÉCTOR SOTO, HUMBERTO GONZÁLEZ, JULIO MÉNDEZ, BRAYAN GALAZ.