Nuevos árboles, nativos y exóticos, hoy ocupan uno de los paños de la plaza Dávila en la comuna de Pedro Aguirre Cerda. Los ejemplares fueron reunidos por el Centro Cultural Camilo Arraño Solís para la creación de un pequeño núcleo arbóreo.
La actividad llamada “Con Camilo en la Memoria” comenzó en la mañana del sábado recién pasado y sumó la plantación de los ejemplares por vecinas y vecinos, donde algunos incluso se decidieron a firmar un compromiso para adoptar y cuidar a parte de ellos:
“Nos parece interesante que las personas hagan una adopción de un árbol en un espacio público”, señala Karina Muñoz, vicepresidenta del Centro Cultural: “Esto se logra con la ayuda de toda la comunidad y con una firma de un compromiso sobre el cual explicamos cómo funciona”.
Luego de esa iniciativa, la convocatoria continuó con un almuerzo comunitario, un conversatorio sobre derechos laborales a cargo de especialistas jurídicos, más la proyección del documental “La raíz del olivo” en colaboración con Fundación Varsot.
La arborización
Juan Manuel Huerta, quien trabaja en el Regional Metropolitano del Colegio de Profesores realizó una donación de más de veinte Ligustros, un olmo y un pittosporum. “Es un símbolo de continuidad y de recordar la vida de las personas”, expresó:
Por su parte, Gabriel Osorio, encargado de Áreas Verdes de la Dirección de Medio Ambiente, Aseo y Ornato (DIMAO) de la comuna, entidad que entregó una importante donación de árboles e insumos, explicó sobre los beneficios de la creación del bosquete en términos medioambientales y de la reconstrucción de los vínculos comunitarios:
Ya entrada la tarde y ubicados los árboles en su nuevo espacio, Nancy Solís, madre de Camilo Arraño junto con la concejala, Gloria Rodríguez, descubrieron el nombre del núcleo arbóreo llamado “Wikibosque”, palabra que evoca al “Wiki”, la manera con que cariñosamente decían al joven su familia y sus amigos.

Camilo en la memoria
La actividad realizada en recuerdo de Camilo Arraño reunió a diversas personas y comunidades que conocieron al joven activista. Varios de ellos reunidos en torno al centro cultural que lleva su nombre, recordaron su legado a dos años de su partida física.
“La iniciativa surge de la madre de Camilo”, precisa Rayen Muñoz, presidenta del Centro Cultural y estudiante de pedagogía: “Ella y Camilo habían conversado muchas veces cuando estaba en vida: de generar una instancia de participación en la comuna, generar territorio, vínculos con la gente. Camilo falleció y Nancy recató la idea”.
Camilo Arraño Solís era estudiante de Diseño en Comunicación Visual en la Universidad Técnica Metropolitana UTEM.
En febrero de 2018 durante la celebración de la Noche Valdiviana fue sometido a un control de identidad por Carabineros y arbitrariamente encerrado en una celda. El joven fue víctima de tortura y severos apremios ilegítimos por parte de la policía.
Los uniformados lo golpearon a tal punto que le causaron la fractura de uno de sus brazos en grado 3, generando una profunda lesión que no le permitió recuperar su capacidad física, perjudicando su desempeño laboral y profesional. El joven cayó en una profunda depresión, terminando con su vida en agosto del 2022.
“Lo torturaron tres carabineros. Los hallaron culpables por unanimidad; actuaron con alevosía, pero fueron procesados por la Ley Rain Retamal”, señala Nancy Solís sobre la sentencia dictada en 2023 a cinco años de los hechos:
Durante el estallido social, el joven participó activamente de la organización con sus vecinos, pese a haber sufrido persecución en ese período, momento en que con otros vecinos y vecinas lograron reactivar el territorio:
“Fue líder en el tiempo del estallido social, en las asambleas que hicimos en el sector. Logramos mantener la unidad, respetar las diferencias y hacer actos culturales muy educativos y conmemorativos con nuestros vecinos de nuestra población”, recuerda Nancy Solís de su hijo.
“Camilo era muy transversal como persona”, señala Matías Wright, amigo desde la infancia. “Siempre fue activo en muchas cosas desde que éramos niños; siempre fue activo en organizar cosas, en tener una conciencia social muy desarrollada”:
“Era una persona muy dedicada a lo social, muy amigo de sus amigos. Tenía un grupo muy grande de personas con la que colaboraba y reúne a mucha gente. es lo que siempre hizo”, expresa Tatiana Solís, tía de Camilo Arraño.
Organización en proyección
Rayen Muñoz señala que junto a su madre, Karina Miñoz, anteriormente habían realizado un núcleo arbóreo al interior de la JJ.VV, en recuerdo de Camilo, pero esta vez, quisieron involucrar a los vecinos, “tener más participación, no solamente en la intención de plantarlos, sino hacerse cargo de los espacios comunes, el generar lazos, de ver esta unión con la municipalidad y con otras organizaciones de la comuna”.
“Somos un grupo muy diverso”, agrega la presidenta respecto a las diferencias de edades y de ideas, “pero eso le da más sentido”:
“Las diferencias generaciones obviamente se notan, no soy la única joven así que nos apoyamos. Lo bueno es que no son personas cerradas de mentes, son súper abiertos. Al contrario, eso hace que el trabajo se pueda realizar y toda la gente que trabaja acá está súper motivada”.
“Cuando intervienes tú una plaza con este tipo de actividades ayuda en un montón ver jóvenes sirve porque los saca de otras actividades y están en una organización comunitaria que va trascender en el tiempo” observa Víctor Palma y quien participó en la plantación de algunos árboles.
“Es importante organizarse como comunidad, como vecinos, amigos, compañeros, ya sea en organizaciones culturales como a la que pertenecemos que tiene el nombre de Camilo”, remarca también Javier Romero, casi al final de la arborización, expresando lo emotivo del encuentro y del valor del nuevo espacio comunitario creado: “Creo que siempre es importante darle ese sentido a recordar, a la unión y hacer cosas juntos”, precisa.