Con un convenio recientemente suscrito, el Centro Cultural La Moneda (CCLM) y Matucana 100 (M100) comienzan a preparar una programación especial que pondrá en el centro la historia y proyección de sus 20 y 25 años de trayectoria.
El Espacio Lector del CCLM fue el escenario de la firma del acuerdo, encabezada por los presidentes de directorio de ambas instituciones, Javier Ibacache (CCLM) y Soledad Lagos (M100) junto a sus directores ejecutivos, Cristóbal Gumucio (M100) y Regina Rodríguez (CCLM) . La ceremonia marca el inicio de un trabajo colaborativo que se desplegará en los próximos meses con miras a la conmemoración de estos hitos institucionales, que celebran dos trayectorias emblemáticas de la cultura pública en Chile.
Esta colaboración se enmarca en un doble aniversario: en enero de 2026, el Centro Cultural La Moneda conmemorará dos décadas de existencia y, en octubre del mismo año, Matucana 100 celebrará 25 años de historia. Este aniversario compartido representa una oportunidad para proyectar una narrativa común sobre el rol esencial de la cultura en el desarrollo del país y la importancia de la infraestructura cultural pública.
Javier Ibacache, presidente del directorio del CCLM, señaló:
“El acuerdo de colaboración entre Matucana 100 y el Centro Cultural La Moneda se establece con una perspectiva de largo plazo, consolidando la experiencia de ambas instituciones que se pusieron en marcha durante la primera década de los 2000. La conmemoración de nuestros aniversarios significativos en 2025 y 2026 es una oportunidad para revisar aprendizajes, fortalecer el rol de la cultura como derecho y proyectar juntos el futuro de nuestras instituciones en un contexto que demanda diálogo, reflexión e incidencia en políticas públicas.”
Soledad Lagos, presidenta del directorio de M100, agregó:
“En sus primeros 25 años de existencia, Matucana 100 ha desarrollado una estrecha relación con la ciudadanía y el territorio en el que se inserta. Esta alianza con el CCLM simboliza la capacidad de soñar en conjunto el futuro, sin renunciar al sello propio que cada espacio ha cultivado. Es también el fruto de un trabajo sostenido con rigor, compromiso y visión pública, que evidencia la urgencia de concretar nuevos sueños y seguir impulsando una con experiencia creativa, plural y gozosa.”
Desde 2006, el CCLM ha trabajado por garantizar el acceso pleno y cotidiano a la cultura, consolidándose como un espacio de excelencia y sentido social donde convergen las artes visuales, el cine, el patrimonio y el pensamiento crítico. Ubicado en el corazón cívico de Chile, se ha convertido en un punto de encuentro plural y democrático.
En esa línea, Regina Rodríguez, directora ejecutiva del CCLM, destacó:
“Esta alianza con Matucana 100 nos permite mirar hacia el futuro desde lo que hemos construido colectivamente: dos instituciones que nacieron de una política cultural democrática y que hoy siguen siendo espacios vivos, abiertos y necesarios para la ciudadanía. El aniversario que compartimos con M100 es también un llamado a proyectar nuevas formas de colaboración, porque entendemos que la cultura es un derecho y la infraestructura cultural un bien común que debemos seguir fortaleciendo”.
Por su parte, Cristóbal Gumucio, director ejecutivo de Matucana 100, expresó:
“Al unirnos, reafirmamos que la cultura es una fuerza esencial en la construcción misma del mapa de ciudad: una ciudad más inclusiva, que reconoce su diversidad como riqueza y que fomenta el diálogo como base de convivencia. Este trabajo conjunto no solo fortalece nuestras acciones presentes, sino que también proyecta una visión compartida hacia el futuro, con capacidad de incidir en las políticas culturales del siglo XXI, desde una perspectiva nacional, con impacto urbano y vocación de transformación social.”
La firma de este convenio trasciende lo institucional: releva el valor colectivo de lo construido en más de tres décadas de políticas culturales sostenidas y refuerza la visión de Estado que entiende la cultura como derecho, la creación como bien común y el acceso como condición para una ciudadanía activa.
De cara a 2026, el desafío compartido será profundizar este legado y proyectarlo hacia el futuro: fortalecer, ampliar y reimaginar las infraestructuras culturales como espacios vivos para el encuentro, la memoria, la diversidad y la imaginación social, siempre al servicio de las personas y las comunidades.