- Enfrentar la contaminación por plásticos, la pérdida de biodiversidad y otros desafíos ambientales son parte de los puntos analizados por Humberto Aponte y Jorge Medina.
En el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, académicos del Instituto de Ciencias Agroalimentarias, Animales y Ambientales (ICA3) de la Universidad de O’Higgins (UOH) abordaron los principales retos socioambientales que enfrenta la sociedad y el rol clave que puede cumplir la Educación Superior.
Uno de los focos centrales es la contaminación por plásticos, Humberto Aponte, académico del ICA3, indicó que este problema va más allá de los residuos visibles: “cada artículo plástico puede fragmesintarse en micro y nanoplásticos que terminan alojándose en organismos vivos, incluido el ser humano. Aunque existen esfuerzos de reciclaje, solo entre el 9 y 12 % del plástico producido a nivel mundial logra ser reciclado”.
Aponte remarca que la solución principal es reducir el uso de plásticos en la vida cotidiana, junto con fomentar la economía circular, el uso de materiales sostenibles y una educación ambiental desde edades tempranas y la importancia de exigir mayor responsabilidad a las industrias, a través de normativas como la Ley REP.
Respecto a los desafíos ambientales, el académico Jorge Medina añadió que “problemas como el cambio climático, la crisis hídrica y la degradación de suelos afectan no solo al medio ambiente, sino también a las comunidades y a la equidad en el acceso a recursos naturales”. Desde la UOH -agregó- se promueve una formación con enfoque interdisciplinario y compromiso ético, que prepare a profesionales capaces de aportar a soluciones sostenibles.
La ciencia y la investigación juegan un papel fundamental en este contexto. Desde la UOH se impulsa el desarrollo de soluciones tecnológicas, modelos de gestión sustentables y evidencia científica que contribuya a una toma de decisiones informada y responsable, tanto a nivel local como nacional.
Asimismo, ambos académicos apuntaron a la sensibilización de la ciudadanía es una tarea clave, el destacar acciones positivas e involucrar activamente a las comunidades son estrategias necesarias para construir una cultura ambiental activa y participativa. Adicionalmente, se suma el reforzar la necesidad de formar profesionales con compromiso ético y capacidad de liderazgo socioambiental, capaces de vincular conocimiento técnico con acción transformadora.