Son 133 los cardenales de 71 países los que integrarán el Consejo Cardenalicio para elegir al sucesor del Papa Francisco en el Vaticano el próximo miércoles 7 de mayo.
“Varios cardenales han anunciado que prevén un cónclave corto: una ronda de cinco votaciones en dos días, lo que no implica que sea una votación simple”, señala Álvaro Ramis, teólogo y rector de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, quien consideró las varias fuerzas que van a tensionar esa jornada de elecciones:
“Es evidente que hay polarización, donde hay dos líneas de acción: conservadurismo y progresismo, pero también otro eje que tiene que ver con lo central o periférico que son a Roma”, precisó:
En el plano del progresismo se refirió a dos posibles candidatos con significativa preferencia quienes además prosiguen en la línea de Francisco: se trata del arzobispo de Bolonia, Mateo Zuppi, y del actual secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin.
Acerca de Zuppi señaló que se distingue por su contacto pastoral con su comunidad eclesiástica, mientras que Parolin es un diplomático de carrera y un político avezado, expresó:
Asimismo, Álvaro Ramis, comentó la adhesión que despierta el otro candidato proveniente del sur global, el cardenal filipino Luis Antonio Tagle: “Ha estado encargado de un dicasterio -como un ministerio en la iglesia- que se dedica a la política social”, dijo aludiendo al Dicasterio para la Evangelización y asu rol como presidente de Caritas Internationalis.
Precisó que al estar en Asia, Tagle abre un debate de importancia para la iglesia católica como es el establecimiento de las relaciones diplomáticas con China y que el Papa Francisco se propuso restaurar logrando concretar acercamientos después de 80 años.
Ultraderecha y cisma
Por otra parte, el teólogo apuntó a la influencia que puede ejercer la política internacional en las elección del nuevo pontífice, particularmente el mandatario de EE.UU, Donald Trump, con quien el Papa Francisco mantuvo una comunicación frontal principalmente por su política migratoria y “también lo ha cuestionado en una serie de otros frentes en que el Papa fue muy abierto y sincero en su oposición a Donald Trump”, detalló Ramis.
“Ahí hay una línea que se está usando para dividir la iglesia y colocar a alguien de su confianza en el Vaticano. Probablemente el candidato más cercano sea el Húngaro Péter Erdő”, explicó:
“Esa expectativa es contenida debido a que el papa nombró muchísimos cardenales”, contrastó a su vez el académico, “pero la presión económica que ejerce es muy fuerte porque alrededor del 40% de los presupuestos del Vaticano provienen de fuentes norteamericanas, no todas alineadas a los más conservadores, pero es un sector muy importante en términos financieros”.
A eso, el académico añadió que la invocación de un cisma o división de la iglesia, más bien se encuentra en el ala antirreformista, aunque utilizada como una amenaza que puede escalar, razón por la cual es probable que en la elección gane espacio el consenso:
“Por eso se habla tanto de Parolin como una persona que logra mantener el rumbo de Francisco, no asustando tanto a los conservadores, pero sobre todo manteniendo la firmeza en la política exterior que es un tema que hoy la iglesia necesita tener: un defensor férreo frente a las amenazas de intervencionismo sobre todo de gente como Donald Trump”, expresó el rector Ramis.
