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Las amenazas de Trump.2 expresan debilidad estratégica

Por Daniel Martínez Cunill

La gran mayoría de los analistas políticos apuntan a poner de relevancia el estilo agresivo del presidente de EEUU. Consideramos que el nuevo gobierno de Trump es consciente de la pérdida de presencia de su país en el mundo multipolar.

En la eventualidad de perder en la lucha mundial contra China, busca revertirlo en poco tiempo con medidas radicales que, más allá de ser irrealizables, ilusionan a gran parte de la sociedad estadounidense: ser hegemónicos en el contexto mundial.

En ella reside la actitud defensiva frente al declive, lento pero perceptible, de la otrora potencia norteamericana. La balanza comercial de los Estados Unidos es deficitaria con las principales naciones en sus relaciones de intercambio: México, China y Canadá. Todo parece indicar que, dentro de pocos años, China será la primera potencia mundial en el orden económico, tecnológico y militar. Aparece como complemento, el grupo BRICS, en crecimiento, que se propone prescindir del dólar como moneda dominante en el comercio y las finanzas internacionales.

Por lo que toca a México, Trump avanza desbocado sobre gobierno de Claudia Sheinbaum con la amenaza de imponer aranceles al margen del T-MEC y ahora la exigencia de revisar éste antes de 2026; la ya ejecutada declaración de los cárteles de las drogas como terroristas, lo que abre la puerta a operaciones extraterritoriales. El cierre de la frontera con México para prevenir la inmigración ilegal y combatir el tráfico de estupefacientes, especialmente el fentanilo; convertir a México nuevamente en tercer país seguro para retener aquí los migrantes provenientes de otros países y expulsar a los que ya se encuentran en territorio estadounidense; reanudar la construcción del muro fronterizo y deportar a cientos de miles de trabajadores mexicanos.

Implicaciones económicas de los aranceles

De implementarse, los aranceles del 25% podrían impactar en gran medida el comercio entre Estados Unidos, Canadá y México. Estos tres países forman parte del T-MEC, diseñado para facilitar el intercambio de bienes y servicios en la región. Economistas y expertos señalan que este tipo de medidas podría afectar cadenas de suministro, aumentar los costos de productos y generar tensiones diplomáticas en un momento donde la cooperación es crucial para enfrentar desafíos globales

Destaca aquí la propuesta de una destacada política canadiense, Christina Freeland que instó al su gobierno federal a adoptar una postura firme y “publicar de inmediato una lista detallada, dólar por dólar, de represalias”. Esta lista incluiría 200 mil millones de dólares en productos estadounidenses que podrían estar sujetos a medidas comerciales por parte de Canadá, anticipándose a posibles aranceles del 25% impulsados por Trump.

Según Freeland, publicar esta lista sería un “ataque preventivo”, diseñado para advertir a los líderes políticos de Estados Unidos sobre las consecuencias económicas de perjudicar a Canadá.

En el caso de México

La guerra arancelaria EUA-México, de desatarse, pondría serias dificultades al llamado Plan México, ya que sería un obstáculo para atraer inversiones industriales y de servicios aprovechando la ventaja comparativa que da a nuestro país el T-MEC.

Esta potencial crisis encuentra a México en condiciones de vulnerabilidad. Con un déficit fiscal histórico de 5.9% del PIB heredado del gobierno de López Obrador, la deuda pública en México crecerá 2.9 puntos porcentuales del PIB, comparado con el cierre de 2023 de 46.8 por ciento, según estimó la Secretaría de Hacienda. La deuda pública en México subirá a 49.7% del PIB; con un bajo crecimiento económico previsto en 1.2% por la CEPAL para 2025, con casi el 80% de nuestro comercio exterior dependiente de los Estados Unidos.

Se suman los problemas de seguridad pública; con la creciente dependencia de la balanza de pagos mexicana de las remesas provenientes del norte; con reducciones presupuestales al servicio consular, que tendría en sus manos la responsabilidad de defender a los mexicanos amenazados de expulsión.

Trump amenaza con volverse contra México, y nuestra política exterior con el Continente no ha sido suficientemente activa como para encontrar en otros países amigos un respaldo suficiente para resistir la ofensiva. En el nuevo contexto geopolítico que se anuncia amenazante la unidad latinoamericana es fundamental. El caso del presidente Petro de Colombia y la fortaleza con que respondió a la arrogancia de Trump es un buen ejemplo.

Por otra parte, si Trump en su miopía piensa que por medio de amenazas nos van a convencer, en realidad no saben nada sobre el espíritu mexicano. Trump ha logrado una cosa: ha unificado a los mexicanos patriotas, que somos la mayoría.

Trump no sólo nos está amenazando a nosotros; también está apuntando a una lista cada vez mayor de otros países, así como a la propia Unión Europea, y esto es apenas el comienzo y cada vez que Trump agrede a un país aumentan nuestras posibilidades de alianzas.

Si Estados Unidos no quiere colaborar con otros países o cree que no recibe un trato justo en las instituciones internacionales, algunos de sus actuales aliados podrían llegar a acuerdos con otras alternativas para reducir su dependencia de EEUU. Y algunos países podrían volver su mirada a China.

Las amenazas de Trump de apoderarse del Canal de Panamá, convertir a Canadá en el estado número 51 de los EE. UU. y comprar Groenlandia sentaron las bases para una estrategia centrada claramente contra China. Esta estrategia, según James Carafano de la Heritage Foundation representa “el Rejuvenecimiento de la Doctrina Monroe”, que en su época no solo abarcaba América Latina, sino también Canadá y Groenlandia.

El nombramiento de Marco Rubio como secretario de Estado por parte de Trump refuerza la percepción de que su administración dará una atención especial a América Latina priorizando Cuba, Venezuela y los gobiernos izquierdistas y de centroizquierda.

China es el blanco

Detrás de las amenazas de Trump, el verdadero objetivo es China. Trump publicó que el canal de Panamá “era para ser administrado únicamente por Panamá, no por China”, y “¡NUNCA dejaremos que caiga en las manos equivocadas!”. En realidad, una empresa con sede en Hong Kong administra dos de los cinco puertos de Panamá y se prepara para construir un tren moderno. Todo muy lejos de la afirmación de Trump de que tropas chinas están operando el canal.

La amenaza de Trump de anexar territorios soberanos revela, no solo su mentalidad intervencionista sino también la creciente desesperación de la clase dominante de Estados Unidos ante el declive de su poder económico ante China,

Lo que si es verdad es que, en el siglo XXI, las inversiones y el comercio de China en América Latina han crecido exponencialmente, desplazando a Estados Unidos como principal socio comercial de América del Sur. En 2022, el comercio entre China y la región alcanzó los 450 mil millones de dólares y algunas proyecciones apuntan a que supere los 700 mil millones de dólares en 2035.

El modelo chino incluye a más de 400 personas que valen más de mil millones de dólares (según la revista Forbes), contradiciendo la narrativa de la nueva derecha que sataniza al modelo chino. En esencia, la nueva narrativa culpa a China y su expansión económica, impulsada en parte por capitalistas chinos, por los avances de la izquierda latinoamericana.

En este contexto, la rivalidad económica es la verdadera esencia de la confrontación entre Estados Unidos y China en América Latina. Por ejemplo, su Iniciativa de la Franja y la Ruta, que ha atraído a 22 países latinoamericanos y caribeños con masivas inversiones en infraestructuras.

En un artículo en Americas Quarterly, que pronostica las tendencias de la segunda administración de Trump, Tokatlian escribió: “Si la historia reciente sirve de guía, es poco probable que Washington ofrezca una gran alternativa en lo que respecta a inversiones o ayuda con infraestructura”.

“De ser así, Estados Unidos seguirá sin la capacidad de ganarse los corazones y las mentes de los latinoamericanos. Si China lo logra, no será por la exportación de ideología sino por su vibrante economía y sus inversiones tangibles en la región”.

Algunas conclusiones

  • Solo una respuesta internacional puede ser eficaz contra la ofensiva de Trump.
  • El actual entorno global adverso indica que solamente sumando países a un proyecto común será posible hacerle frente con posibilidades de éxito.
  • México debe avanzar a transformaciones estructurales profundas en su modelo económico. La diversificación de sus vínculos económicos internacionales es una condición necesaria.
  • La fortaleza conque la presidenta Claudia Sheinbaum ha respondido a la ofensiva de Trump es alentadora y recibe un gran apoyo nacional e internacional.
  • Recuperar el liderazgo en América Latina requiere de México acciones y propuestas que atraigan a nuestros vecinos y/o a sus pueblos. No podemos, por ejemplo, esperar nada de Milei, pero si del pueblo argentino.

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