Este lunes en el Museo de la Memoria, comenzó la Primera Escuela de formación en prácticas de acompañamiento y elaboración de la violencia de Estado.
La actividad organizada por el Laboratorio de Estudios sobre Violencia Institucional plantea ofrecer una serie de herramientas práctico teóricas para ir en apoyo de quienes han sido víctimas de la violencia institucional durante el estallido de 2019.
Los participantes durante los cinco días accederán a las charlas y talleres a cargo de conferencistas de Chile y Argentina quienes abordarán temas como el acompañamiento a víctimas de la violencia estatal, prácticas de documentación y denuncia, así como reflexiones en torno a la memoria.
La escuela tuvo su momento inaugural con la charla que ofrecieron los dos conferencistas argentinos y que a su vez, son integrantes de “Antivisita/formas de entrar y salir de la ESMA”, experiencia performática creada por Mariana Eva Pérez que comenzó a presentarse en Argentina en el año 2022, entregando una nueva propuesta para abordar la biopolítica de la desaparición forzada.
Patricia Castillo, investigadora e integrante del Laboratorio comenta: “Es el inicio de un camino que nos permite trabajar un tema súper relevante que es: no hay una temporalidad secuencial entre verdad, justicia y reparación”.
Reparación que se construye
En septiembre de 2024, a cinco años del estallido social, Amnistía Internacional Chile consignó que de las 10.142 denuncias vinculadas al evento, se reportaron 252 casos formalizados y menos de 50 sentencias definitivas condenatorias, es decir, menos del 1% de los casos.
“El problema de la violencia cuando la ejecuta el Estado es que la impunidad viene a ser un elemento que acompaña esa práctica. No se realizaría una represión tan violenta y masiva si no hubieran garantías de que no va haber una repercusión política y penal sobre un conjunto de gente que la perpetró”, señala Patricia, advirtiendo que pese a ese cuadro, hay otras formas de pensar la reparación.
“Hay que pensar que la justicia se ha demorado 50 años en juicios y en determinar reparaciones para los crímenes de la dictadura”, precisa la psicoanalista. “Mientras tanto, hay que poder construir puentes, tejidos e instancias donde esas personas puedan ser acompañadas e ir construyendo una narrativa que les permita sobrevivir a esa violencia”.
Memoria: ritual versus liturgia
Mariana Eva Pérez junto a Miguel Algranti compartieron detalles de ANTIVISITA, experiencia teatral que integra performance y ritualidad desde el concepto de la espectralidad.
El padre y la madre de Mariana Eva Pérez son detenidos desaparecidos. Ellos fueron secuestrados en 1978 por agentes de la dictadura argentina y su madre fue llevada a la Escuela de Mecánica de la Armada ESMA en Buenos Aires. Mariana tenía casi un año y medio de vida y su madre estaba embarazada de ocho meses. Su hermano fue localizado en el año 2000.
La obra de Mariana Eva Pérez trata de una visita guiada experimental a la ESMA -hoy museo y sitio de memoria-, pero no en la Escuela misma. Su propuesta cuestiona y abre la mirada a otras formas de comprender la desaparición forzada, la memoria, el trauma.
En la obra hay una apuesta sensible que ofrece alternativas a la idea de espectralidad, donde la degradación de los cuerpos y del tejido social que legó la dictadura por medio de la desaparición, es subvertida en el performance por medio de la intersubjetividad, el diálogo, la ritualidad y la convivencia con la presencia en otra dimensión de las y los desaparecidos.
“La memoria y el campo de estudio de la memoria puede ser muy productivo, pero en el corto plazo tiene sus riesgos”, señala la autora en referencia al estallido social y al tema de la escuela. “En Argentina veníamos advirtiendo de la cristalización de una memoria, de un discurso que iba a perder potencia y que iba a dejar de interpelar a la mayoría de la sociedad como lo hizo en un momento y lamentablemente estamos viendo que fue así”.
En el caso de la revuelta social de octubre de 2019, indicó tener una preocupación sobre una posible temprana cristalización que pueda estar dejando invisibilizada parte de la historia y de los sujetos:
Sin embargo, al mediar algunos años entre el presente y el estallido, planteó que puede “permitir de forma preventiva no caer en discursos cerrados que se repiten; en rituales que pasan a ser liturgias”.
“Toda memoria tiene una idea de producción, de organización colectiva que organiza”, ilustra a su vez Miguel Algranti, “a diferencia de una memoria pensada que ordena y que es estática”.