Al menos una cuarta parte de la población de Gaza, unas 576 mil personas, están a un paso de la hambruna y prácticamente la totalidad necesita alimentos de forma desesperada, lo que provocó que algunos camiones con ayuda fuesen tiroteados, saqueados y asaltados por gente hambrienta, informaron ayer altos funcionarios de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Jefes de las agencias de alimentación y agricultura de la ONU describieron un panorama desolador en el cual 2.3 millones de gazatíes enfrentan niveles críticos de inseguridad alimenticia, en especial en el norte de la franja, donde el orden civil se resquebraja, ante la falta de comida y otros suministros básicos.
Y por sombrío que sea el panorama actual, el coordinador humanitario de la ONU, Ramesh Ramasingham, advirtió al Consejo de Seguridad que hay muchas posibilidades de un mayor deterioro.
Además de que un cuarto de la población del enclave palestino está al borde de la hambruna, en el norte, uno de cada seis niños menores de dos años sufre desnutrición aguda y emaciación (adelgazamiento extremo).
Carl Skau, director ejecutivo adjunto del Programa Mundial de Alimentos, indicó al Consejo de Seguridad que este es el peor nivel de desnutrición infantil en cualquier parte del mundo, y alertó que si nada cambia, la hambruna será inminente en el norte de Gaza.
En el sitiado enclave costero la ayuda ha sido escasa en los últimos meses, debido al asedio de bombardeos israelíes.
Ataques y saqueos a convoyes de ayuda
Skau señaló que la desesperación es tan acuciante que el orden civil está casi roto, lo que ocasionó que se suspendiera la entrega de ayuda luego de que varios convoys sufrieron demoras en los puestos de control, disparos y otros tipos de violencia, así como el saqueo de su contenido por civiles desesperados por el hambre.
Por ello, desde el 19 de febrero se suspendió el reparto de ayuda en la zona hasta que se den condiciones de seguridad tanto para quienes la distribuyen como para las personas que la reciben.
Israel ha negado que haya una crisis humanitaria en Gaza, a pesar de la abrumadora evidencia de una creciente catástrofe. Brett Miller, embajador de Israel ante la Organización de Naciones Unidas (ONU), dijo al Consejo de Seguridad que Israel está haciendo todo lo que puede para cuidar a los civiles, y que trabaja para asegurar la entrada de ayuda humanitaria de numerosos países y agencias de la ONU. Desde octubre Israel ha facilitado la entrega de 254 mil toneladas de ayuda humanitaria, incluidas 165 mil toneladas de comida, afirmó.
Desde el sur de Gaza, el jefe del Consejo Noruego de Refugiados, Jan Egeland, describió a The Independent escenas similares en la frontera con Egipto hacia Rafah, donde afirmó haber atestiguado disparos al aire para frenar los saqueos de los camiones.
La gente está realmente al límite, comentó Egeland, obviamente muchos de ellos están traumatizados y están luchando entre ellos por las últimas migajas.
Relató haber visto una fila de mil personas hambrientas. Formadas durante horas porque había un rumor de que repartirían pollo. Nunca en mi vida como trabajador humanitario vi a una población que fuera bombardeada tan intensamente y por tanto tiempo; hay más niños muertos allá que en cualquier parte en mi memoria reciente de cualquier conflicto.
Por su parte, la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) solicitó ante el Consejo de Seguridad un alto el fuego en el enclave gazatí, así como la restauración del corredor humanitario en la franja para poder brindar asistencia y eliminar el riesgo de hambruna.
El subdirector general de la FAO, Maurizio Martina, denunció que el suministro de agua en Gaza apenas alcanza el 7 por ciento de la capacidad que tenía antes del inicio de la ofensiva israelí, publicó Al Jazeera en su portal.
Añadió que se debe proceder a la restauración inmediata de tuberías de agua transfronterizas, la reanudación de la distribución de electricidad y comunicaciones, y la restauración de instalaciones sanitarias, así como de gestión de residuos y procesamiento de alimentos.
Otro hospital anuncia suspensión de servicio
El Hospital Al Auda, en el norte de Gaza, anunció la suspensión de todos los servicios médicos debido a la falta de combustible y de suministros médicos, lo que exacerbará la compleja crisis sanitaria debido a la agresión y el cerco israelí desde el 7 de octubre, afirmó el director del Departamento de Supervisión y Evaluación del centro, Muhamad Salha, quien pidió a la comunidad internacional presionar a la ocupación para que entregue al hospital medicinas, bienes de consumo, suministros médicos y combustible, reportó la agencia palestina WAFA.
El ministerio gazatí de Salud confirmó la muerte de seis infantes por desnutrición y deshidratación en la franja y advirtió de un aumento inminente de ambos padecimientos en el enclave. Dos menores perecieron en el hospital Al-Shifa, en la ciudad de Gaza, y cuatro en el hospital Kamal Adwan, en el norte del enclave, mientras otros siete se encuentran en condición crítica, refirió Al Jazeera.
Ismail Haniyeh, líder de Hamas, pidió a los palestinos de Jerusalén y Cisjordania marchar en grupos o solos hacia la mezquita de Al Aqsa, en Jerusalén oriental, en el Ramadán, que comienza la segunda semana de marzo.
Mahmoud Abbas, presidente palestino, demandó a Israel el fin del genocidio y de la agresión contra la población civil, tras 145 días de azote.
En Israel, los familiares de los rehenes secuestrados el 7 de octubre convocaron a una marcha de cuatro días, desde el sur de Israel en el kibutz Reim, donde tuvieron lugar los ataques de Hamas durante el festival Nova, hasta Jerusalén, para exigir su liberación.
El ex premier israelí Ehud Olmert aseveró que un asalto de las fuerzas israelíes en Rafah podría acabar con la paciencia de la comunidad internacional y revocar el tratado diplomático firmado hace 45 años con Egipto.