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Especialistas explican qué hacer con un animal silvestre herido

El verano es época de pichones aprendiendo a volar y, en consecuencia, muchos de ellos se accidentan en este proceso. Valeria Rojas, doctora de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias (Favet) de la Universidad de Chile, indica que lo primero que debemos hacer es “contactar al centro de rescate o rehabilitación más cercano, y seguir sus recomendaciones”. Por otra parte, Constanza Cabello, profesional del Centro de Gestión Ambiental y Biodiversidad de esta unidad académica, enfatiza además la importancia de no alimentar a los animales silvestres.

Antonia Muñoz, voluntaria del Centro de Rehabilitación de Fauna Silvestre (CRFS) de CODEFF, cuenta que en el verano, debido a que es el periodo de pichones, es cuando más las personas se encuentran aves heridas.
Pero no solo aves podríamos encontrar en nuestros paseos al aire libre. Felinos de gran tamaño u otros animales silvestres podrían incluso representar una amenaza para las personas. En esos casos, explica la doctora Valeria Rojas, debemos, “en primer lugar, mantener la calma”.
“En segundo lugar, se recomienda no acercarse a los ejemplares y generar posiciones corporales que proyecten un mayor tamaño posible, ya sea levantando los brazos o complementando altura en caso de más personas, pero siempre manteniendo una disposición no agresiva. La idea es mostrar que usted no es una presa”, agrega la doctora Valeria Rojas.

La primavera es época de reproducción de las aves y luego, ya en el verano, es cuando nos podemos encontrar más pichones aprendiendo a volar, en algunos casos, caídos de sus nidos y heridos ¿Qué hacemos si nos enfrentamos a esta situación? La directora académica del Diplomado de Postítulo “Conservación y Manejo de Fauna Silvestre” de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias (Favet) de la Universidad de Chile, doctora Valeria Rojas Escudero, explica que “si me encuentro con un ave herida, lo mejor es capturarla de forma muy cuidadosa, contactar al centro de rescate o rehabilitación más cercano, y seguir sus recomendaciones”.

“Ahora, si el caso involucra aves de mayor tamaño, por ejemplo, rapaces, aparte de las sugerencias previas, se recomienda contactar al Servicio Agrícola y Ganadero (SAG)”, detalla la también directora del Centro de Gestión Ambiental y Biodiversidad de la misma unidad académica.

Pero no solo aves podríamos encontrar en nuestros paseos al aire libre. Felinos de gran tamaño u otros animales silvestres podrían incluso representar una amenaza para las personas. En esos casos, explica la doctora Valeria Rojas, debemos, “en primer lugar, mantener la calma. En segundo lugar, se recomienda no acercarse a los ejemplares y generar posiciones corporales que proyecten un mayor tamaño posible, ya sea levantando los brazos o complementando altura en caso de más personas, pero siempre manteniendo una disposición no agresiva. La idea es mostrar que usted no es una presa”.

“Por último, al planificar rutas, se debe considerar no transitar por áreas de conocida presencia de estas especies, ya que implica un riesgo para nosotros y para ellos. En caso de ser necesario se puede llamar al SAG. En caso de actividades de observación, se recomienda mantener una distancia prudente, silencio y mucho respeto. En caso de ver estos animales en zonas cercanas a ciudades o localidades, se debe dar aviso a las autoridades (SAG, Carabineros) y no acercarse ni tratar de manipular a la especie, ya que por estrés se pueden generar escenarios de ataque a las personas o afectar a la salud del animal”, detalla.

Informarse de la fauna nativa

La voluntaria destaca que actualmente hay todo un protocolo. “Cuando nosotros éramos chiquititos lo que hacíamos era que nos encontrábamos un pajarito, un pichón en el patio, y lo cuidamos en la casa, lo alimentamos, etc., y eso no es lo que hay que hacer. Ahora que hay más información se está educando a la gente respecto al tema y qué es lo que no hay que hacer, porque si yo alimento al pajarito hay casi 100% de probabilidad de que esa ave vaya a fallecer porque donde nosotros tenemos nuestro conducto alimenticio, ellas (las aves) tienen su sistema respiratorio”.

¿Y si me encuentro animales silvestres en algún paseo? Tampoco hay que alimentarlos, dice Antonia Muñoz, porque “hay mucha gente que piensa que nosotros tenemos que ayudar a la fauna todo el tiempo, pero en verdad la fauna sigue su ciclo natural, entonces no hay que alimentar a la fauna”.

En este mismo sentido, la profesional del Centro de Gestión Ambiental y Biodiversidad de Favet, Constanza Cabello, agrega que “claramente no se debe alimentar a animales silvestres. Además de ser un riesgo para su salud, alterar sus conductas alimenticias y su rol en la cadena trófica, esta práctica representa un riesgo para la fauna, ya que comienzan a frecuentar los lugares de alimentación exponiéndose a atropellos, enfermedades, u otras amenazas, como la basura. La alimentación de animales silvestres solo se realiza en lugares habilitados para su rehabilitación, rescate o mantención”.

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