En este disco, el artista presenta una amalgama única de folclore latinoamericano, rock y elementos propios de la música popular cebolla, que se entrelazan para dar vida a una atmósfera nostálgica.
El EP, surge como un homenaje a su madre y es por eso que lo nombra “Sara”, inmortalizándola en una pintura que es la portada del disco; arte realizado por la artista chilena Mara Santibañez.