A Alan Mitz le encargan cuidar a Fritz, el perro de la señorita Hester mientras ésta va a visitar a su prima. Ella ya no quiere relación con el perro que la ha mordido en más de 6 ocasiones. Podría ser una tarea fácil, si no fuese un animal tan inquieto y aventurero como es.
Así es como el escritor Chris Van Allsburg, estadounidense nacido en 1949 en Michigan, vuelve a sumergirse dentro de la imaginación en base a sus experiencias personales de infancia. Un prolífico autor, escritor e ilustrador, que ha sabido jugar con una técnica sencilla de luces y sombras en blanco y negro, para poder encadenarnos a un relato que nos retrotae a nuestras propias aventuras de infancia e incentiva a las y los más pequeños de casa a vivir las propias.
Fritz, necesita salir a pasear por las tardes, como todo perro que se precie de tal. Pero es tan inquieto que logra zafarse de su collar y escapa raudo sin dirección conocida. Alan va tras su búsqueda hasta encontrar que ha entrado sin permiso a la residencia del mago Abdul Gasazi, reconocido en el barrio por su molestia para con los perros.
Su técnica del dibujo nos recuerda y nos hace apreciar lo clásico de la simpleza de los trazos, en leves tonos de grises que combinan de manera perfecta para enfrentarnos a imágenes preciosas que se quedan en la retina de quienes las leen. Es muy conocido su libro Los misterios del señor Burdick que lo hacen saltar a la fama a través de las pesadillas que todas y todos alguna vez hemos tenido. Pero siempre respetando su estilo de sombras y luces, una maravillosa forma de ponerle una pausa al frenético mundo que nos rodea.
El mago Abdul Gasazi pareciera no prestarle mayor importancia a que un perro haya entrado en su propiedad. Alan de esta forma estará algo más tranquilo, hasta percatarse que cuando le van a devolver el perro de la señorita Fritz este no era el mismo que entró por el jardín. El cómo le dará esta información a ella, es algo que está dispuesto asumir. Cada acto tiene sus consecuencias y responsabilidades.
De esta forma nos sumergimos en un mundo onírico dentro de paisajes hermosamente dibujados y que conciben que podamos conocer un jardín espectacular, una puesta de sol y personajes entrañables que se quedarán en nuestro recuerdo para siempre.
Van Allsburg es ganador dos veces de la medalla Caldecott (que entrega la asociación para la literatura infantil en Estados Unidos) por dos de sus trabajos, los que luego conocimos en el cine en la década del 90’s: Jumanji (1982) y El Expreso Polar (1985) que a estas alturas ya son clásicos de época.
Es una lectura para todas las edades, de los 0 a 99 años y que permitirá a las y los más pequeños el poder de las buenas historias y para las y los más grandes, reencontrarse con recuerdos hermosos de nuestra infancia, cuando todo era más simple. Gran forma de comenzar leyendo en familia en este mes dedicado a la infancia.
“El jardín de Absul Gasazi”, Chris Van Allsburg.
Editorial Fondo de Cultura Económica.
40 páginas.