Las y los participantes de diversos sectores, de organizaciones políticas, sociales de izquierda y progresistas de América Latina, el Caribe, África y Europa, quienes hemos concurrido al llamado a “Construir Alternativas al Neoliberalismo con la Unidad e Integración Latinoamericana y Caribeña de los Pueblos” en torno al Seminario Internacional realizado en la Comuna de Recoleta en Santiago de Chile, en el marco de una jornada de intercambio amplio y fraterno de nuestra diversidad de experiencias y puntos de vista, hemos reafirmado nuestro irrestricto y urgente compromiso con la construcción de la paz mundial basada en el respeto a la soberanía, los derechos humanos, la justicia, la solidaridad internacional, la integración y la complementariedad.
Concurrimos a esta reunión, en el marco de la instalación del gobierno de Apruebo Dignidad, encabezado por el compañero presidente Gabriel Boric Font, que viene a ampliar y profundizar las esperanzas de los pueblos de América Latina de conquistar los derechos que por décadas y lustros le han sido negados y arrebatados por la imposición capitalista y neoliberal.
Abogamos por vías de solución política y diplomática de los conflictos, que considere y respete el multilateralismo, el derecho internacional y ponga fin a todo tipo de acción militar, sanciones, bloqueos castigos económicos ocupaciones colonialistas, que finalmente derivan en el cautiverio de los pueblos.
La perdurable y sostenida embestida militarista del imperialismo norteamericano y sus aliados neocolonialistas, en todo el mundo como en estos días en Ucrania, es la objetiva causa de esta tragedia que ya tiene alcances mundiales.
Estados Unidos y la OTAN deben terminar con su estrategia militarista, que cierne sobre los pueblos la amenaza de un holocausto nuclear.
Trágicamente, el conflicto Rusia-Ucrania, es el espejo de lo que ya ha ocurrido y ocurre en Siria, Irak, Irán, Libia, Palestina, Yemen, Sahara Occidental y en todo el mundo, con intervenciones militares directas e indirectas y con un sistema internacional en crisis incapaz de defender el derecho internacional.
Reivindicamos la justeza de haber declarado a nuestro Continente Latinoamericano y Caribeño como una ZONA DE PAZ, sin el tutelaje norteamericano, en la histórica reunión de CELAC el año 2014 en ciudad de La Habana, Cuba. Para construir la paz es necesario defender resueltamente nuestras soberanías y promover la diplomacia y solidaridad de los pueblos, la cooperación sur/sur y los procesos de integración como la CELAC.
El camino de la paz está absolutamente unido al fin del imperio y sus políticas guerreristas, y elevamos nuestra voz en aras de la unidad de las organizaciones y movimientos sociales y políticos antineoliberales y transformadores, en Chile y el mundo, para hacer prevalecer la unidad y movilización de los pueblos en defensa de la paz y por detener la expansión de la OTAN; por el derecho soberano de los pueblos a definir su propio destino, por el fin de toda forma de colonialismo y opresión, principios pilares de la defensa del derecho a la vida y la democracia participativa, en el marco de la Carta de las Naciones Unidas y amenazados por las políticas neoliberales basadas en el incremento de las desigualdades sociales y el aplastamiento de los principios democráticos.
Santiago de Chile, marzo diez de 2022