(Por Sergio Reyes Tapia / Periodista / Editor general de prensa radio Nuevo Mundo). En las comunicaciones políticas se detalla que las prácticas sociales requieren de un tiempo para que éstas tengan sentido en la población. Desde este punto de vista, algunas costumbres podrían situarse en los ámbitos de la estigmatización a una persona pública, la criminalización a un pueblo originario, o el sentido de pertenencia para avalar un golpe de Estado.
En algunos países las prácticas sociales han permitido apedrear a una prostituta, rechazar a los enfermos, no dejar conducir vehículos a las mujeres, o criminalizar a los afroamericanos por su color de piel.
Estos haceres sociales requieren de una cierta evolución para asentarse y que la población tenga esa “experiencia” de decisión, de poder, o de auto-humillación.
Al respecto, los medios de comunicación son un puente para acercar aquellas ideas desde el mundo político, del mundo de los medios de comunicación, y de la ciudadanía a la población en general, y transformarlos como exigencias “necesarias” de implementar.
Al mismo tiempo, quienes incitan a concretar y hacer ver necesarias aquellas prácticas construyen un nuevo tipo de legalidad y legitimidad institucional que permita, por ejemplo, que una persona se autoproclame Presidente de la República, y se convierta en dictador, y sea visto como normal, es decir, un implante de un inconsciente ajeno.
De esta forma, y en Venezuela, ustedes observarán que los medios de comunicación y los opositores ya han señalado que el tiempo (plazos) corre en contra del gobierno de Nicolás Maduro, y delinean el rumbo que se debe tomar, incluso con intervención militar extranjera para avalar una dictadura en iniciación.
Así categorías comunicacionales como “lo que podría ser”, están a diario en los informativos, es decir, los medios de comunicación están reiniciando, colocando y midiendo la capacidad “de poder” de la oposición latinoamericana al servicio de la oposición a Nicolás Maduro.
En efecto, los medios de comunicación no hablan de “lo que debiera ser”, o del sentirse obligado a actuar, sino de la facultad y justicia de ejercer el mando o el dominio sobre cualquiera, incluso a través de un golpe de Estado o intervención extranjera, porque esa es la “experiencia” electiva, también validada por los medios y que supuestamente la población aceptó.
En esta tarea de desestabilización, la cadena noticiosa CNN ha tenido un rol activo, al igual que otros medios de comunicación que representan la disputa de intereses financieros y económicos a nivel planetario.
La mezcla de estos elementos como se ve es sencilla pero efectiva. Estas combinaciones de la comunicación y la política han estado presentes en las llamadas primaveras árabes que destruyeron a manos de Estados Unidos construcciones de identidades milenarias, y que es justamente lo que se pretende hoy en Venezuela: destruir identidades. Lo anterior empieza a tomar forma cuando encuestas virtuales dicen que parte de la población de aquel país también permitiría una invasión militar como las que hubo en algunos países del medio oriente.
Lo que ocurre en aquella comunicación política es la insistencia para actuar con poder; desestabilización y estructuración de un período y un rumbo: Es decir, crear un acontecimiento traumático que destruya la identidad del pueblo bolivariano. En este caso un presidente auto-proclamado es un acontecimiento traumático.
Lechner lo señaló en su momento: “crear orden es una forma de crear continuidad”, y lo anterior pasa por articular las contra reformas, y el sin fin de cambios que quieren los opositores venezolanos para sus intereses personales. Sólo véase el caso de Brasil: se legitima un golpe de Estado parlamentario, asume un presidente de derecha, y ellos “colocan” posteriormente a otro presidente de extrema derecha en base al miedo y la emocionalidad del sujeto social. Un Golpe de Estado electivo; lo mismo que se pretende hacer hoy en Venezuela.
Al igual como se hizo en Brasil, la minoría opositora venezolana impide a la población reinterpretar y relatar su historia con autoridad, hoy están reduciendo la distancia entre lo que ocurrió en su pasado social político y lo que podría haber ocurrido. La oposición de aquel país está re-significando la historia: lo que podría ser.
- Un Golpe de Estado Electivo es: Incitar a la población a manifestarse, a través de las redes sociales u otros instrumentos de comunicación, y decidir qué final debe tener un gobierno en ejercicio, no hay otra alternativa. Los medios de comunicación cumplen la función de legitimar las opciones:
- Las preferencias que se entregan son:
- Destitución del presidente.
- Intervención militar extranjera y local.
- Encarcelamiento del presidente y sus cercanos.
- Ajusticiamiento y muerte del mandatario.