También una pregunta más precisa e intelectualmente provocadora es : ¿Subimos o descendemos en esa escala ? Veamos, grosso modo, qué responde la realidad.
Se trata obviamente de la sociedad humana con sus milenios a cuesta, con sus avances y retrocesos.
Los orígenes de lo que somos son todavía asunto de exploración, de hurgamiento, de hipótesis. Se pesquisan hebras que luego se pierden. Tener sospechas… es una buena motivación, tal vez así se llegue alguna vez al origen del origen.
De los avances… cada día hay nuevos registros. Desde los más pretéritos tiempos la humanidad que somos evidencia logros, avances significativos en el plano material, y también en lo que suele llamarse el acervo cultural. Son milenios en términos de plazos. Obviamente no todo es ‘ coser y cantar ‘ como se acostumbra decir. La Humanidad registra en su recorrido temporal fases nocivas, vacíos lamentables. No todo ha sido y es progreso. ¿Todo tiempo pasado fue mejor? Categóricamente no, o , según a qué apunte la pregunta…
Se ha generado en estos últimos 50 años más conocimiento que en varios siglos, sin duda. El desarrollo tecnológico está a ojos vista – para disfrutar, y también para sufrir -. La inteligencia humana es un poder casi infinito. Producto de esos progresos el ser humano hoy puede extender su existencia durante más tiempo, con alguna mejor calidad de vida, particularmente en aquellos países del mundo desarrollado. Sin embargo, hace pocos días un valioso hombre de ciencias de ese mundo, en la plenitud de sus facultades, y a su avanzada edad, llamó la atención de la sociedad mundial al solicitar lo dejaran morir, la causa : el tedio.
Tener y no ser… se ha transformado en una obsesión de la humanidad. Lamentable, porque esa forma de vida representa un peligro. Prácticamente lo material creado casi todo finalmente es desechable. Crear, producir en ese caso, consumir y desechar es un buen negocio. Ya sabemos quienes inventaron el lucro, y lo potencian cada día vía consumo de lo superfluo. Todo responde a un sistema, a una concepción, a una filosofía de vida que provocan desequilibrios en el ser humano, patologías diversas, alienación. El sistema extrae, agrede, devasta irracionalmente todo lo que vive sobre la faz planetaria.
La pregunta inicial es válida. Apunta a nuestra animalidad y, también a nuestra racionalidad. La vida se representa como una escala a subir,se supone, pero también como humanidad es posible permanecer mucho tiempo en el mismo peldaño. Lo que está claro es que a la cima no hemos llegado.
Carlos Poblete Ávila
Profesor de Estado