GPS Ciudadano Datavoz: Chile cierra el año entre la alegría y la ansiedad
Aunque la alegría aparece como la emoción más extendida en el cierre del año, la ansiedad, el miedo y la rabia siguen marcando el clima emocional del país, especialmente en determinados territorios y grupos sociales. Así lo revela el último GPS Ciudadano de Datavoz, que analizó cómo se han sentido las personas en las semanas finales del año y cómo estas emociones se relacionan con la evaluación del gobierno y el escenario político.
Según los resultados, más de la mitad de las personas declara haber experimentado alegría con alta intensidad, seguida por la tranquilidad, mientras que la sorpresa aparece como la emoción menos presente. Sin embargo, al desagregar los datos, emergen diferencias relevantes por género, edad, nivel socioeconómico y territorio.
“El cierre de año no se vive de la misma manera para todos. Aunque hay una base de emociones positivas, como la alegría, también observamos una coexistencia de estados de ánimo distintos, con niveles importantes de ansiedad y malestar en algunos grupos”, señala Paulina Valenzuela, socia fundadora de Datavoz.
En términos territoriales, el norte del país destaca por un mayor predominio de la alegría, mientras que la Región Metropolitana concentra emociones más bien negativas, como ansiedad, miedo, tristeza y asco. En la zona centro se observa un cuadro más polarizado, donde conviven rabia y tranquilidad, y en el sur predomina un clima emocional más calmo.
Las diferencias también se expresan por edad. Mientras los grupos más jóvenes presentan con mayor intensidad emociones como el asco y la sorpresa, en los tramos intermedios la ansiedad gana protagonismo. En las personas entre 45 y 64 años se combinan emociones positivas con una presencia relevante de tristeza, miedo y rabia, y entre los adultos mayores destacan especialmente la rabia y la sorpresa.
Para Paulina Valenzuela, estos resultados muestran que el clima emocional no es un elemento secundario. “Las emociones están cumpliendo un rol cada vez más relevante en cómo las personas interpretan su entorno, toman posición frente a la política y evalúan a las autoridades. No se trata solo de opiniones racionales, sino también de estados de ánimo acumulados”, explica.
Emociones y política
Uno de los hallazgos más sugerentes del estudio aparece al cruzar emociones y posiciones políticas. Al construir indicadores de emociones positivas y negativas, el GPS Ciudadano muestra que quienes desaprueban al gobierno, los electores de candidaturas de derecha en primera vuelta, los votantes proclives a José Antonio Kast en segunda vuelta y las personas de nivel socioeconómico bajo tienden a concentrarse en un cuadrante marcado por una mayor intensidad de emociones negativas y una menor presencia de emociones positivas.
En contraste, quienes se identifican con la izquierda, representados por los votantes de Eduardo Artes y Jeannette Jara, así como quienes aprueban la gestión del Presidente Gabriel Boric, se ubican mayoritariamente en un espacio donde predominan las emociones positivas.
“Este cruce nos permite abrir una conversación distinta sobre política. Las emociones no solo acompañan el proceso electoral, sino que también ayudan a entender cómo distintos grupos enfrentan el presente y proyectan el futuro”, agrega Valenzuela.
“Comprender el ánimo del país se vuelve clave para interpretar sus decisiones”. Si bien el análisis es exploratorio, el estudio plantea una pregunta relevante para el escenario que viene: hasta qué punto las emociones están influyendo en las posiciones políticas y electorales. En un contexto marcado por la incertidumbre y los cambios, medir el estado de ánimo de la ciudadanía se vuelve un complemento indispensable para entender la dinámica social y política del país.