Estrategia Nacional de Soberanía para la Seguridad Alimentaria (ENSSA)

Por Andrea García L.
Directora de Odepa

Alimentarnos es un acto cotidiano, pero garantizar que todos podamos hacerlo de manera suficiente, sana y sostenible es un desafío estratégico para Chile. La seguridad alimentaria no es solo un tema del campo: es un pacto de país que une a personas relacionadas con la agricultura, con el comercio, con la ciencia, con el consumo y el Estado.

La Estrategia Nacional de Soberanía para la Seguridad Alimentaria (ENSSA), impulsada por el Ministerio de Agricultura y construida por Odepa, encarna ese espíritu colectivo. Más de 300 voces —desde la agricultura familiar campesina hasta la academia, desde gremios empresariales hasta organizaciones comunitarias— contribuyeron a dar forma a un plan inclusivo, resiliente y con enfoque de género.

El trabajo impulsado desde el Estado ha sido importante para instalar este debate en la agenda pública, generando espacios de diálogo que han permitido construir consensos amplios. Actores tan diversos como la Sociedad Nacional de Agricultura, la Universidad de Chile y el Frente Parlamentario contra el Hambre han señalado como su objetivo el avanzar hacia un sistema alimentario más fuerte.

Fortalecer nuestra soberanía alimentaria significa, para Chile, producir con mirada territorial, proteger los suelos, adaptarnos al cambio climático, innovar y fortalecer la comercialización. La Agenda Agroexportadora y el abastecimiento interno no se excluyen: se potencian, generando un sistema más fuerte y justo.

Hoy, los avances ya se ven: contamos con una hoja de ruta para el desarrollo del sector triguero, apoyamos a cooperativas innovadoras, y tramitamos un proyecto de ley para la gestión sostenible del suelo agropecuario.

Garantizar la seguridad alimentaria es una tarea de largo aliento, que exige voluntad política, compromiso social, cooperación real y construir puentes que unan a todos quienes estamos en vinculación con el trabajo de la tierra.