Consentimiento Sexual y Discapacidad: Una conversación urgente y necesaria

Fundación Wazú presenta un decálogo para promover una sexualidad respetuosa y autónoma  con Personas en Situación de Discapacidad.

Desde Fundación Wazú levantamos la voz para visibilizar un tema fundamental en la defensa de los derechos humanos: el consentimiento sexual en personas en situación de discapacidad. Hablar de consentimiento no es solo una cuestión legal o técnica; es reconocer el derecho de todas las personas a vivir su sexualidad de forma libre, informada y respetuosa.

Paulina Funes, psicóloga y sexóloga, vocera de Fundación Wazú, lo explica con claridad:

“Históricamente se ha negado o infantilizado la sexualidad de las personas con discapacidad. Hablar de consentimiento en estos contextos es un acto de justicia y de humanidad. No hay inclusión real sin una conversación honesta sobre autonomía sexual y afectiva.”

10 claves para comprender y practicar el consentimiento sexual

A partir de una revisión ética, psicológica y legal, Fundación Wazú propone un decálogo para reflexionar sobre el consentimiento sexual, con foco en entornos de cuidado y acompañamiento:

  1. Definición clara: Es un acuerdo explícito entre las partes.
  2. Libre elección: Sin coerción, presión ni manipulación.
  3. Informado: Con conocimiento de todos los aspectos relevantes.
  4. Específico: Cada actividad requiere su propio consentimiento.
  5. Entusiasta: Ambas partes deben querer participar.
  6. Continuo: Puede retirarse en cualquier momento.
  7. Reversible: El cambio de opinión es válido y debe ser respetado.
  8. Sin suposiciones: No se infiere por gestos, ropa o historia previa.
  9. Legalidad: El consentimiento requiere capacidad jurídica y emocional.
  10. Comunicación abierta: Hablar de deseos, límites y acuerdos.

 Consentir es sentir con el otro y la otra

En el marco del derecho chileno, el consentimiento es la manifestación de voluntad para aceptar una acción que afecta nuestros derechos. Pero más allá de lo legal, la palabra consentir proviene del latín cum (con) y sentire (sentir): sentir con el otro y la otra. Esto implica generar entornos de seguridad emocional, comprensión real y validación constante, especialmente en personas que han sido históricamente excluidas del debate sobre sexualidad.

Desde Fundación Wazú hacemos un llamado a profesionales, instituciones y comunidades a incorporar el consentimiento como una práctica cotidiana, no como un formalismo.

“El consentimiento no es un obstáculo, es el lenguaje de los vínculos saludables. Reconocer el deseo y la autonomía en todas las personas, sin excepciones, es el principio de una sociedad verdaderamente inclusiva”, concluye Paulina Funes.