Estudio evidencia múltiples daños ocasionados por la contaminación termoeléctrica en Quintero Puchuncaví
El Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio CREA (Centre for Research on Energy and Clean Air) en su reciente estudio, “Impactos económicos, a la calidad del aire y a la salud del complejo termoeléctrico de carbón Ventanas: 2013 a 2020”, demostró la profunda y múltiple contaminación asociada a la planta ubicada en la costa de Valparaíso.
La investigación señala que durante esos 8 años se halló una gran concentración de material particulado fino (PM2,5), dióxido de nitrógeno (NO2) y dióxido de azufre (SO2), contaminantes que se forman a partir de las emanaciones propias de una central termoeléctrica.
Un daño numeroso
En el estudio se indica que tales emanaciones han afectado la calidad del aire, la salud pública y la economía:
“Lo que hay que entender es que la contaminación atmosférica tiene un impacto global no solamente en el medio sino en los seres humanos”, precisó Erika Uusivuori, analista e investigadora de CREA. “En este sentido cuando alguien respira aire contaminado, los contaminantes como el material particulado PM2,5 que es muy pequeño puede penetrar los pulmones y así entra al cuerpo humano y afecta todos los órganos importantes como corazón pulmones, sistema respiratorio y cardiovascular”.
La experta precisó que además del daño a la salud, se han generado costos socioeconómicos como gastos en salud, bajas laborales debido a las enfermedades o al cuidado de quienes las padecen. “Encontramos que todos estos combinados llegan a una suma de 1.400 millones de dólares -más de un billón de pesos- en un periodo de 8 años”, concluyó.
Otro aspecto significativo fue el sondeo de contaminantes que se encontraron a 300 kilómetros de distancia, esto, debido a la naturaleza transfronteriza de la contaminación: “En términos de la ciencia está muy bien documentado que los contaminantes pueden viajar grandes distancias y el material particulado puede quedarse en el aire hasta unas dos semanas”, comentó Uusivuori.
Chao Carbón
En Chile, existe un plan de descarbonización en marcha desde el año 2019 donde 11 de las 28 termoeléctricas emplazadas a lo largo del país, han puesto fin a sus operaciones. En el caso de de Quintero Puchuncaví, fue cerrada la planta Ventanas 1 y 2 y en enero de 2025 se espera que se cierren Ventanas 3 y 4.
En torno al cierre y la reconversión de la carbono electricidad, existe un debate sobre la posibilidad de adelantar el fin de todas las plantas en el país para el año 2030 y no prolongarlo hasta el año 2040 como se habría estimado en un inicio.
La investigadora, señaló que ese planteamiento es realista; uno, porque ya se ha iniciado el proceso de cierre con algunas plantas, y también, porque “Chile es un potencial en energía renovable como la energía solar y hay perspectivas ambiciosas en este ámbito”.
Las personas importan
Por otro lado, la experta se refirió al problema asociado al análisis y supervisión de las emanaciones, indicando que “sin monitoreo no existe posibilidad de mejorar las medidas. Son necesarias y deben ser imparciales y estar a cargo de funcionarios o de instituciones gubernamentales que realicen las mediciones rutinarias”:
La investigadora también compartió que este estudio puede contribuir a tomar conciencia sobre las personas y comunidades perjudicadas, especialmente, las comunidades locales que tienen un alto riesgo de diversas enfermedades. “Por lo tanto, la salud debe ser vigilada de cerca”, precisó Uusivuori.
“El estudio puede utilizarse como herramienta y para la toma de decisiones, para los proyectos de combustibles fósiles y no solamente tomar en cuenta el costo de construcción del proyecto sino también los costos de aspectos sanitarios locales y regionales”