La central termoeléctrica de carbón Ventanas, la peor zona de sacrificio de Chile, tiene un costo de USD 1.400 millones para la salud pública
Enclavados en la Bahía de Quintero, en la costa oeste de Chile, el pacífico pueblo de Puchuncaví y la cercana ciudad portuaria de Quintero podrían ser un paraíso costero. Gracias al clima mediterráneo y su cercanía a la capital del país, el área de Quintero-Puchuncaví solía ser un resort. Después de décadas de actividad industrial contaminante, la Bahía de Quintero se considera hoy la peor zona de sacrificio de Chile, donde la población vive permanentemente en condiciones tóxicas en beneficio de la gran industria que contamina el agua, el suelo y el aire.
Hoy, el Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio (Centre for Research on Energy and Clean Air, CREA) publicó una revolucionaria evaluación de impacto en la salud (HIA por sus siglas en inglés) que modela la manera en que las emisiones de las cuatro unidades de la central termoeléctrica de carbón Ventanas en Puchuncaví han afectado la calidad del aire, la salud pública y la economía de la zona durante sus operaciones entre el 2013 y el 2020.
Las emisiones específicas de una central termoeléctrica de carbón (CFPP por sus siglas en inglés) contribuyen a la formación de contaminantes atmosféricos como materia particulada fina (PM2.5), dióxido de nitrógeno (NO2) y dióxido de azufre (SO2), los que tienen graves impactos en el medio ambiente, la salud pública y la economía mundial.
La evaluación de CREA revela que se encontraron grandes concentraciones de PM2.5, NO2 y SO2 en los alrededores de Puchuncaví, y que, debido a la naturaleza transfronteriza de la contaminación del aire, viajaron hasta 300 kilómetros de distancia para llegar incluso a la capital de Chile, Santiago.
La exposición a estos contaminantes del aire afecta negativamente el sistema respiratorio, cardiovascular y reproductivo de los humanos, además de órganos vitales como el cerebro, el corazón y los pulmones, lo que provoca asma, cardiopatía isquémica, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), cáncer de pulmón, infecciones de las vías respiratorias bajas y diabetes.
Los niños son los que más sufren el impacto de la contaminación del aire, y las repetidas crisis masivas de contaminación aérea en la zona de Quintero-Puchuncaví han enfermado a cientos de escolares y adultos.
El análisis de CREA descubrió que la contaminación del aire provocada por las cuatro unidades de la central termoeléctrica de carbón Ventanas generó aproximadamente 1.117 consultas de urgencia por asma entre el 2013 y el 2020.
La crisis no termina en las puertas del hospital. Debido a las repercusiones de la contaminación del aire, la población de Quintero-Puchuncaví ha vivido un estimado de 575 años con discapacidad y más de 300.000 días de ausencia laboral.
La contaminación aérea de la central termoeléctrica de carbón Ventanas también se asocia a cientos de muertes. CREA calcula que las emisiones de CFPP en Quintero-Puchuncaví fueron responsables de aproximadamente 563 muertes entre el 2013 y el 2020.
La carga de la contaminación del aire sobre la salud pública también afecta la economía. En el caso de la central termoeléctrica de carbón Ventanas, la carga económica durante las operaciones entre el 2013 y el 2020 alcanzó un estimado de USD 1.400 millones, equivalente a CLP 1,3 billones.
En el 2019, la Corte Suprema de Chile ordenó al gobierno tomar medidas para rectificar la situación en la zona de Quintero-Puchuncaví y se estableció el Programa para la Recuperación Ambiental y Social de Quintero-Puchuncaví. Hasta el año 2023, los avances han sido limitados. Aunque se retiraron dos unidades de la central termoeléctrica de carbón Ventanas, para muchos no es suficiente.
“Mientras que los grandes contaminadores amasan sus ganancias y el gobierno dilata la aplicación de las medidas de protección, la población y la economía en el camino de las centrales termoeléctricas de carbón sufren inconmensurablemente. Con una carga económica gigantesca y cientos de muertes en el futuro, se necesitan medidas urgentes para proteger a la población y el medio ambiente contra los grandes contaminadores como Ventanas”, señaló Erika Uusivuori, autora principal del informe y analista de CREA.