Solimano y ley de cumplimiento tributario: “Hay preocupación que se cargue la mano a los contribuyentes menores y no a las grandes empresas”

La semana pasada el Presidente Gabriel Boric, y el Ministro de Hacienda, Mario Marcel, encabezaron el acto inaugural que dio el vamos a la publicación de la Ley de Cumplimiento de las Obligaciones Tributarias, donde uno de sus principales propósitos radica en combatir la elusión y evasión de impuestos.

Junto con buscar impedir el desvío de recursos públicos, esta nueva ley incluye otros “varios aspectos como la reforma a la gobernabilidad o administración interna del Servicios de Impuestos Internos SII”, precisó el economista Andrés Solimano, así como “el control en las aduanas, algunos cambios en el secreto bancario y sobre todo se orienta a que el comercio informal comience a pagar impuestos y que el formal, a su vez, lo haga”.

La evasión de impuestos se refiere a la acción de no pagar los tributos lo que es claramente penado por la ley, mientras que la elusión es el acto de recurrir a diferentes artilugios que no son absolutamente ilegales, pero que contradicen el espíritu de la ley, para reducir la carga tributaria, señala el experto.

Existe un promedio de aquellas prácticas privativas de recursos al Estado que significan un porcentaje similar al 7% o 8% del PIB, las cuales se concentran entre las grandes empresas y contribuyentes:

Frente a estas modificaciones, Andrés Solimano planteó la preocupación respecto a la posibilidad que se cargue la mano a los contribuyentes de clase media o de ingresos menores, y no precisamente a las grandes empresas.

“Efectivamente la capacidad de pagar menos impuestos se relaciona muchas veces con el acceso que tienen las empresas grandes o grandes contribuyente a bufetes de abogados que ayudan a que la carga tributaria sea menor o que no paguen; buscando intersticios legales para bajar el monto del pago tributario, mientras que un almacén, un taller, una pequeña fábrica no tiene recursos para contratar abogados y hacer una cosa parecida”, señaló.

“No es muy claro que acorde a esta ley aprobada -que va en dirección correcta de que se cumpla la ley-, es realista pensar que eso va a ocurrir o si le carga la mano a los medianos o pequeños productores y no a los grandes”, manifestó el especialista.

Proyectos de inversión no tan verdes

Andrés Solimano también se refirió a dos obras que actualmente cursan en el sector oriente de Santiago como es la construcción de un nuevo teleférico en Huechuraba y un centro comercial en Vitacura.

Acerca del primero, indicó que el nuevo medio de transporte que va a tener tres estaciones uniendo la ciudad empresarial con el centro Costanera Center de Cencosud, llama la atención respecto a las varias talas de árboles efectuadas en las laderas del cerro San Cristóbal y su cadena de relieves, pese a ser reconocido como un importante pulmón verde de la zona.

“Algunos identifican esto con el progreso económico, pero su concepto razonable es que se respete el entorno físico y no intervenga”, precisó el economista.

Por otro lado, apuntó al nuevo centro comercial que se levanta en un paño de 12 hectáreas en terrenos que pertenecen al colegio Saint George en la comuna de Vitacura. Por allí pasa la Avenida Santa María, está a un costado del río Mapocho y parte de los cerros que componen el Parque Metropolitano. Ya cinco juntas de vecinos han objetado la aprobación hecha por el Ministerio de Transporte a lo que se ha sumado la Municipalidad.

“El sector oriente tiene varios centros comerciales y uno se pregunta: ¿no podrá el colegio Saint George arrendarle esto para corporaciones culturales para que haya teatros, museos, más que un centro de compras?, inquirió Solimano agregando que las obras son impulsadas también por Cencosud cuyo principal accionista sigue siendo Horst Paulmann.