Vicente Bustamante Haiquetin, encargado de Laboratorios de Ciencias Básicas del Centro de Habilidades Clínicas y Disciplinares (CHCD) de la Escuela de Salud UOH, detalla la importancia de no mezclar desinfectantes o blanqueadores con alcoholes y amoniacos.
Cuando limpiamos el inodoro, el lavamanos, la tina o la cocina nos vemos tentados/as a combinar diferentes elementos de aseo en la búsqueda de la limpieza. Sin embargo, esa no es una buena decisión. Vicente Bustamante, encargado de Laboratorios de Ciencias Básicas del Centro de Habilidades Clínicas y Disciplinares (CHCD) de la Escuela de Salud de la Universidad de O’Higgins (UOH), advierte que “uno de los productos de limpieza más peligroso al ser combinado es el cloro desinfectante y/o blanqueador”.
El cloro no debe “mezclarse con ácidos como vinagre, limpia vidrios y en especial destapa cañerías y limpiador de inodoros, que contienen ácido muriático. Tampoco debe ser combinado con alcoholes y amoníaco, siendo este último un ingrediente de algunos desengrasantes, pues puede producir cloroformo y cloraminas, compuestos altamente tóxicos”, señala.
El experto detalla la combinación del cloro desinfectante y/o blanqueador con ácidos genera cloro gaseoso o cloro gas, “el cual es altamente tóxico y venenoso. Si se combina con alcoholes o acetona, puede generar cloroformo, el cual es un compuesto líquido muy volátil, y que se ha descubierto que es altamente cancerígeno”.
Agrega que, si la combinación es cloro con amoníaco, el cual es un componente de algunos productos antigrasa, “se genera gas de monocloroamina, el cual -en grandes cantidades- puede resultar tóxico”.
Actuar rápido
¿Y qué hacer si olvido estas recomendaciones? Vicente Bustamante explica que lo primero es identificar la reacción química. “Cuando se genera gas cloro, el olor del blanqueador se intensifica rápidamente y puedes sufrir una irritación nasal. Si la reacción ocurre en un espacio cerrado, se debe ventilar abriendo puertas y ventanas, y luego, salir rápidamente del espacio a tomar aire fresco. La persona no se debe acostar en el suelo, ya que estos gases son más densos que el aire”, asegura.
Agrega que, si el malestar no pasa y se sospecha de una intoxicación, se debe acudir a un centro de salud. “Los indicadores de posible intoxicación son náuseas, mareos, tos, dolor abdominal y dificultad respiratoria”, puntualiza.
Recomendación
Una de las primeras recomendaciones del experto es “leer las instrucciones de uso de los productos”, pues es justamente en aquel lugar donde “se indican las dosificaciones y los productos con los que no se deben mezclar”.
“De no ser así, no intente mezclar ningún producto. Si el producto es muy concentrado como el ácido muriático, el cloro concentrado o el limpiador de cocinas, se recomienda usar guantes de limpieza y tapabocas”, destaca.
A ello suma otra recomendación: “al comenzar la limpieza, es preferible realizar lavados con agua y jabón y luego, al terminar el lavado, proceder a aplicar el producto de limpieza, ya sea desinfectante, antigrasa o blanqueador o lo que diga la etiqueta del fabricante”.
Sobre cómo aplicarlos, explica que “los productos de limpieza deben aplicarse disolviendo una dosis en agua y por sí solos cumplen su función. Si aun así la limpieza no es efectiva, intente con dosis más concentradas, pero no combine productos”.