[Columna de opinión] Ojo con la derecha, sigamos avanzando en dignidad
Por Ericka Portilla, Convencional Constituyente, Distrito 4
A la derecha no le importa contradecirse, insultar ni mentir y para ello utilizarán todos los medios que tienen a su alcance. Cuidemos nuestro proceso constituyente que busca mejorar la vida de las grandes mayorías.
En los últimos días nuevamente tuvimos que lamentar la muerte de un joven hermano mapuche (Yordan Llempi Machacan) a manos de personal de la Armada. Con la misma retórica de la dictadura las primeras informaciones que salieron de La Moneda apuntaron a un “enfrentamiento”, pese a que registros audiovisuales e incluso informes preliminares del INDH descartarían dicha tesis. Es por ello que, el pasado jueves, la Comisión de Derechos de los Pueblos Indígenas y Plurinacionalidad de la Convención Constitucional, realizó una sesión especial, de la cual participamos otros/as convencionales y nos hicimos parte de una carta/declaración dirigida al Presidente de la República, la cual fuimos a entregar en conjunto al Palacio de La Moneda, donde llamamos a poner fin a la militarización que solo mantiene una escalada de violencia en el Wallmapu.
Mientras la derecha utilizó este hecho para seguir con el discurso de condenar la violencia “venga de donde venga” e insistir hasta la majadería que los y las representantes del pueblo mapuche avalan la “vía armada” para solucionar el conflicto. Junto con ello instalar la necesidad de prolongar el estado de excepción.
Como lo hemos dicho en otras oportunidades los sectores conservadores que cohabitan en la Convención en ningún caso están por cambiar sino por defender la Constitución del dictador, pero como sus fuerzas están atomizadas buscan diferentes triquiñuelas para hacerse notar. Es así como los y las representantes de Vamos por Chile, se diluyeron y conformaron nuevos bloques para estar sobrerrepresentados al momento de pedir las palabras en las sesiones, estos son: “Independientes, RN-Evópoli”, “Chile Libre”, “Chile Unido” y “Unidos por Chile”. Con ello la derecha le tuerce la mano al reglamento interno que no permite que cada convencional se exprese de manera individual, sino que privilegia a los conglomerados.
Una disputa que no es nueva ya que a fines de septiembre los Convencionales Rocío Cantuarias, Martín Arrau, Teresa Marinovic, Harry Jürgensen, Ruth Hurtado y Margarita Letelier, presentaron un recurso de protección ante la Corte de Apelaciones de Santiago, en contra de la Mesa Directiva de la Convención Constitucional, por vulneración a la libertad de expresión, con lo cual buscaban anular las votaciones del reglamento, sin embargo, no pudieron llevar la presentación a la Corte Suprema, porque para ello necesitan 39 firmas y solo cuentan con 37 convencionales.
Hace una semana el convencional, independiente Evópoli, Bernardo de la Maza renunció a ser parte del bloque oficialista porque argumentó que algunos sectores de la derecha más radical están apostando al fracaso de la Convención, por lo que ya estarían en campaña por el rechazo en el futuro referéndum de salida. Esto se puede palpar en las intervenciones de los honorables y en sus vocerías, donde nos acusan de querer demorar este proceso, aun cuando hemos aprobado por amplia mayoría un cronograma que contempla el tiempo legal que se nos brindó. Incluso los discursos más incendiarios como los de Teresa Marinovich nos acusan de mentir, obstruir y de ser parásitos. No obstante, al buscar más tiempo en sus intervenciones demoran el trabajo, puesto que los minutos son acotados precisamente para cumplir con el cronograma.
Durante años la derecha se vistió con ropajes democráticos e incluso a varios de sus personeros los escuchamos referirse a la dictadura y no al gobierno militar, sin embargo, en el último tiempo dejaron caer al candidato presidencial “más mesurado” del sector, Sebastián Sichel, y optaron por respaldar a la candidatura más extrema y peligrosa, la de José Antonio Kast, que como ya ha dicho busca retroceder cien años en materia de reivindicaciones de derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, ni hablar de las disidencias/diversidades de género. En otras materias, ya ofertó a las grandes fortunas bajarles las cargas tributarias y en la macrozona sur tener de manera permanente la militarización y el estado de excepción, incluso, sus voceros anunciaron que para evitar manifestaciones o un próximo estallido social, se legitimará el espionaje telefónico y el registro de las casas de sospechosos si es necesario.
El candidato presidencial de la extrema derecha es un reivindicador y defensor del régimen que encabezó el dictador Augusto Pinochet y, entre otras cosas, defiende a los ex uniformados condenados por crímenes de lesa humanidad. Posee un relato antimigrantes, contra-feminista, ultrareligioso, contra las diversidades sexuales, nacionalista, autoritario, restrictivo de derechos sociales, militarizado, ultraprivatizador y anticomunista. Además de estar en contra de la nueva Carta Fundamental que estamos escribiendo.
Durante esta semana las Comisiones de la Convención abrieron las audiencias públicas, una fase trascendental del proceso, no obstante, para algunos de los convencionales que respaldan el proyecto de Kast la prioridad es profundizar las relaciones con grupos ultraconservadores extranjeros, como es el caso de Teresa Marinovic, Rocío Cantuarias y Martín Arrau, quienes estarán durante dos semanas en España para reunirse con dirigentes del partido ultraconservador, VOX, Iván Espinosa de los Monteros y Rocío Monasterio.
La campaña del terror que permanentemente acusa a los sectores de izquierda de posible ingobernabilidad no aporta al sistema democrático y muy por el contrario pone en peligro los anhelos de dignidad por los cuales estamos luchando en el camino por redactar una nueva Constitución. Quienes tenemos el rol de convencionales no podemos dejar de lado la voluntad popular que se levantó el 18 de octubre exigiendo un bienestar colectivo y el cese de abusos.
A la derecha no le importa contradecirse, insultar ni mentir y para ello utilizarán todos los medios que tienen a su alcance. Cuidemos nuestro proceso constituyente que busca mejorar la vida de las grandes mayorías.