Izquierda Cristiana de Chile: 49 años construyendo la esperanza

[Documento] Cras. y cros., hermanas y hermanos, amigas y amigos, un día como hoy hace ya 49 años se realizó nuestra asamblea constituyente, ha pasado muchos años, alegrías, dolores y esperanzas desde ese momento, mucha vida y muchas vidas generosamente se han jugado por nuestro proyecto; hubo varios intentos por hacernos desaparecer pero aquí estamos, con nuestras fortalezas y debilidades, seguimos siendo IZQUIERDA CRISTIANA.

En este día tan significativo para nuestra organización queremos dirigir a todas y todos nuestro saludo fraterno y nuestra reflexión.

Pese a todos los esfuerzos liberadores y democratizadores, crecen diariamente en todo el mundo y particularmente en Chile las violaciones de los derechos humanos ligadas a la creciente exclusión y desintegración social, la transformación de los mercados de trabajo, la violencia de género, la modificación de los modelos de producción y la transformación de hombres y niños, mujeres y niñas, en “objetos de consumo”.

Las profundas desigualdades sociales y de género, junto a  las formas de ciudadanía restringida constituyen un cuadro de vulnerabilidades y violencias que posibilitan que las personas, sean explotados/as y tratados/as como objetos que pueden ser comercializados por organizaciones de carácter nacional o transnacional.

 Esta problemática está vinculada directamente con la violación de los derechos humanos, en nombre de conceptos como desarrollo, seguridad nacional, seguridad pública, y con el irrespeto del medio ambiente.

Latinoamérica presenta un panorama económico, social y cultural complejo que hace que en este territorio diversos países paradojalmente hayan elegido gobiernos de derecha bajo una falsa promesa de que el crecimiento económico chorreará a los más pobres y que de ese modo se avanzará en la superación de la pobreza (con las hermosas y esperanzadoras excepciones: de México del Presidente Manuel López Obrador, la Argentina del Presidente Fernández y ahora Bolivia del Presidente electo Luis Arce).

El neocapitalismo es la expresión más brutal de la mercantilización de la vida, es la transformación de ella en un objeto destinado a valorizarse en los diversos mercados. Implicando la negación de libertades y derechos fundamentales y destruyendo la naturaleza y la bio diversidad.

Estas formas de mercantilización están ligadas a una particular cultura del consumo , que se expresa desde los medios de comunicación, desde las nuevas tecnologías informáticas y las relaciones desiguales entre los países y los géneros.

Lo que orienta y potencia al capitalismo es una cultura del individualismo y la competencia de la que no estamos ajenos aquellos que creemos en el comunitarismo y la solidaridad.  El capitalismo es un fenómeno mundial, que sólo ha traido la violencia, el desempleo, la pobreza, la violencia de género y la discriminación.  El covid 19 terminó, a los ojos de la humanidad, por desnudar la incompetencia y la crueldad de este modelo.

La reflexión y discusión sobre estas problemáticas, puede abrir un campo de análisis que intente aportar e incidir en debates y políticas ya que desde el mundo de la palabra debemos ganar la batalla de las ideas, esta es una eficaz forma de  lucha contra el capitalismo y sus nefastas consecuencias para la vida de los Latinoamericanos.

Sin embargo, hay tiempo y espacio para la esperanza, nuestros sueños de hermandad están vivos y se constituye en un imperativo moral el ser eficaz en la construcción de otro mundo.

Es por ello que la  Izquierda Cristiana se obliga a:

Impulsar todos aquellos debates que constituyen y componen la fundamentación de los derechos humanos en Latinoamérica;

Entregar los insumos básicos y ser factor proponderante, para avanzar en la unidad política y social del pueblo, sobre la base de un programa basado en los derechos humanos.

Hacer un llamado a todos los hombres y mujeres de buena voluntad para unirse a ella;

Fundamentar su acción en los instrumentos nacionales e internacionales de derechos humanos desde una mirada comunitarista.

Plantear que los procesos de transformación social y política  se construyen desde lo cotidiano y sólo se constituyen en nuevas formas sociales si se convierten en una nueva forma de vivir en comunidad,  que ponga la centralidad en el respeto, la solidaridad, la gentileza, la vida comunitaria, la opción preferencial por los pobres, es decir, una nueva cultura de convivencia social. Consideramos además que la persepectiva de género es una dimensión ineludible para abordar los temas  recién planteados.

La Izquierda Cristiana se compromete con un proceso radical de transformación de la sociedad, que para nosotros aún lleva el nombre de revolución y así, parafraseando a Fidel Castro, decimos que Revolución:

Es cambiar todo lo que deba ser cambiado, porque creemos en la igualdad y la libertad plenas.

Es creer en el derecho de tratar y ser tratados como seres humanos que tenemos la misma dignidad.

Es estar dispuestos a buscar nuestra emancipación a través de las formas que son propias de quien cree en la paz, esto es, la unidad, la organización, la conciencia, la desobediencia civil y la no violencia activa ; así desafiar a las más poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera de nuestros ámbitos y nuestros Estados.

Es creer y defender valores por sobre cualquier sacrificio;

Es humildad, solidaridad, altruismo y heroismo;

Es no mentir jamás, ni violar principios éticos;

Es luchar con la convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas. Porque la verdad nos hace libres.

¡Chile inexorablemente vencerá!

DIRECCIÓN NACIONAL DE LA IZQUIERDA CRISTIANA DE CHILE.hace

FERNANDO ASTUDILLO BECERRA (Presidente), HÉCTOR SOTO, HUMBERTO GONZÁLEZ, KAMILA MORGADO, JOCELYN SOTO, JULIO MÉNDEZ

Valparaíso, 24 de octubre 2020