Especial de Prensa – La educación sexual integral como una herramienta que contribuye a mejorar la calidad de vida de las personas.
Contra las ideas preconcebidas y la ignorancia fundada en el miedo, la socióloga y activista de la red por la Educación Sexual REDESI y del Movimiento por la Diversidad Sexual MUMS, plantea aspectos centrales del concepto y de la discusión por una educación sexual amplia, informada y oportuna.
Frente al retroceso legislativo exprimentado en los últimos años, la especialista se refiere a las dificultades presentadas por las falencias educativas en el sistema de enseñanza, las cuales no solo han perjudicado a las generaciones más jóvenes que ven vulnerados sus derechos de información sobre sexualidad, sino también a los adultos quienes no la recibieron o bien la obtuvieron de manera restringida.
Acerca de la discusión parlamentaria que ha hecho retroceder la implementación de un programa de Educación Sexual Integral en diversos niveles de la enseñanza obligatoria, Jennifer Durán indicó que las declaraciones de algunos diputados que catalogaron la ESI como un asunto totalitario representan un alto grado de ignorancia, dado que este enfoque educativo no es algo inventado recientemente sino que su implementación apunta a que sus contenidos vayan graduados y acordes a las necesidades etarias de los NNA para abordar tópicos como el conocimiento de su propio cuerpo, el consentimiento, o para responder a las dudas que éstos van presentando según sus diversas edades.
Como crítica a la carencia de información de calidad producto de los vacíos institucionales en materia de educación, la especialista indicó que según como se señala en algunos estudios, la educación sexual permite la postergación de la iniciación sexual, todo lo contrario a lo que afirman las posiciones más conservadoras.
Por otro lado, respecto a la calidad de la información a la que acceden las personas sin educación sexual, Jennifer precisó que se ven más expuestas a concebir una idea tergiverzada de la sexualidad, más cercana a un foco patriarcal y violento que desconoce las diversidades o que mantiene ideas equivocadas, como aquellas que sitúan el abuso fuera del hogar o ejercido por deconocidos, contrario a la realidad en donde los abusos ocurren principalmente por adultos cercanos.